jueves, 25 de noviembre de 2010

SIN PRISA PERO SIN PAUSA



Foto: Gentileza Osvaldo Abades (h)

Morón ganó en su estadio y cortó una racha de 4 partidos sin conocer la victoria. También hacía 4 fechas que no ganaba en el torneo. Jugó un muy buen P.T., concentrado, ambicioso y eficaz. En el S.T. descansó, aunque sin quitarle el cuerpo al partido.



Y una noche el gallo volvió a cantar victoria. Luego de la derrota ante Español, mucha agua corrió por el río. Los jugadores estaban sedientos, y quedó demostrado cuando en la primera clara que tuvo, Akerman, luego de un centro de su compañero de ataque, la mandó a la red. No había pasado el primer cuarto de hora y ya el Urbano había tenido la primera explosión, y esta vez de alegría. El mal partido en “Nueva España” iba quedando atrás pero no sin dejar huellas. Cristian González volvió a la titularidad para conformar esa buena dupla de zagueros que con Báez –más allá de algún partido errático- vienen consolidando. En los costados del mediocampo el D.T. hizo modificaciones que no se pueden pasar por alto: por el andarivel izquierdo Rocchi, paradito delante de Reano, haciendo las veces de carrilero sin tanta obligación de sumarse en ataque como de clausurar su sector; y por el otro costado, el “Dani” Ponce, activo, suelto, insistidor, que se juntaba con Acosta cuando el lateral pasaba al ataque, que descargaba en Iñiguez o el delantero que se tirara atrás pero sobretodo generando desequilibrio por el sector derecho del ataque de Morón. En el medio el coraje de Bruno y el elegante, fino, titiritero de Iñiguez que toca y va a buscar, juega y hace jugar, tiene despliegue, aporta una zurda de ballet y es inteligente. Arriba la potencia de Akerman y Barrios Suárez. Con eso, al “gallo” le alcanzaba para justificar la victoria. Porque Sarmiento se perdía en la ferocidad de la línea de volantes que presentó “Cachín”. No podía superarla, entonces, aunque no quisiera porque tenía jugadores de sobrada calidad en sus pies, debía recurrir al pelotazo que, salvo una sola vez en toda la noche, siempre era bien resuelto por la defensa local. A partir del doble cinco los del oeste generaban juego, abrían la cancha y por el andarivel derecho de su ataque, desnivelaban. En eso andaba Ponce, sacándose hombres de encima en zona de riesgo para la visita cuando descargó para Iñiguez que no tardó en abrir la jugada con verticalidad, poniéndole un balón profundo para la "testa" del “paragua” que, de un frentazo habilitó a Akerman para que de cabeza, el “gallo” estirara diferencias. Todavía no había transcurrido el primer tercio de los 90’ y Morón ganaba 2 a 0, y lo hacía con argumentos sólidos, con la pelota jugada con buenas intenciones, sin lucirse, pero con convicción, con verticalidad, con peso ofensivo, eficacia y una dinámica y entrega estremecedoras. Más allá de un mano a mano que tapó muy bien Migliardi cuando Akerman ya había hecho lo suyo, el “kiwi” no encontró nunca el partido, y eso es mérito de Morón, que mordió, peleó, achicó espacios cuando no tuvo la pelota y corrió cada balón con la esperanza del que cree que va a llegar a la meta. Además, claro, cuando tuvo el balón en su poder lo manejó con inteligencia, tuvo armonía en sus líneas y fue ordenado, práctico y de a ratos encarador. En el complemento, como el que sabe que ha sacado una buena luz de ventaja, los dirigidos por Oscar Blanco salieron algo más relajados, sin ese ímpetu, sin esa virulencia de la primera etapa aunque siempre bien concentrados, quizás con la tranquilidad del que siente que las cosas van bien encaminadas. Tal vez por que necesitaba el triunfo, y sobretodo por cómo se estaba consiguiendo, si bien no se tiró decididamente atrás ya no atacó con la misma persistencia, con ese envalentonamiento que mostró en los primeros 45’. Daba la sensación que el partido, salvo que sucediera un imponderable de los que el fútbol sabe tener tanto como la vida, se encontraba en un punto casi irremediable, difícil de revertir para la visita. Parecía entreverse que el fuego había prendido bien, que la carne estaba en ese momento en que se puede decir que "ya se va haciendo sola", que con llevarlo bien, los tres puntos se quedaban en casa, luego de 4 partidos sin correr esa suerte, no era poco. Entonces el “gallo” lo fue llevando de a poco, lentamente fue apartando las brazas más fuertes y las fue alejando de la zona crítica. Es cierto que todavía faltaba un buen rato, pero la defensa fue cuidando que no se arrebatara, y rechazaba cuanta pelota pasara con alguna cercanía por su área. Bruno, con su entrega y sacrificio habitual daba fiera lucha en el fragor de la mitad de la cancha y Rocchi, con su carnet de socio en la mano y aún afiebrado, no dejaba pasar a nadie por su costado. Ponce, Acosta e Iñiguez se armaron una triangulación jugando con los espacios, con los pies y con la cabeza, que parecía tan de regla y compás que la geometría se hubiera emocionado, agradecida. Pero no era noche de lujos, ni lomo ni achuras, asado de costilla y vacío, para empezar a ganar confianza, para alimentar el puntaje y arrimarse de a poco a los que están bien arriba. Para eso entró Lillo a marcar, a sostener lo que se había logrado, para volver a creer, para ganar confianza. Con la salida de “Fede” Iñiguez Morón perdió audacia en el manejo del balón, pero el equipo entendió que ese momento ya había pasado y lo había aprovechado. Ahora, tocaba arremangarse y terminar de cocinar un triunfo que ojalá le devuelva el apetito ganador al gallo que esta noche hizo bien los deberes ante un Sarmiento que buscó sin encontrar los caminos, porque Morón cambió a tiempo y supo qué hacer, y cómo, y cuándo.


DEP. MORON 2 SARMIENTO (J) 0 (Akerman -2-)

FORMACIONES

Dep. Morón (2): 1. Alejandro Migliardi; 4. Rodrigo Acosta, 2. Cristian González, 6. Guillermo Báez, 3. David Reano; 10. Sergio Daniel Ponce, 8. Federico Iñiguez (14. Hernán Lillo), 5. Hernán Bruno, 11. Juan Pablo Rocchi (13. Sebastián Pérez); 7. Diego Barrios Suárez, 9. Damián Akerman (18. Cristian Campozano).
DT. Oscar Blanco.
Suplentes: Diego Ezquerra, Nahuel Chacón, Lucas Sparapani y Mauro Conocchiari.

Sarmiento (0): 1. Adrián Avila; 4. Joel Barbosa (14. Juan Manuel Azil), 2. Javier Capelli, 6. Gustavo Benítez, 3. Mariano Sardi; 8. Jonhy Aquino, 5. Mauro Navone, 11. Juan Carlos Zuleta; 10. Claudio Sarría (16. Luis Acuña); 9. Cristian Rami (18. Luciano Cipriani), 7. Rodrigo Aillapán.
DT. Alberto Pascutti.
Suplentes: Jonathan Ivanoff, Nicolás Dematei, Damián Castagno y Ezequiel Cerruti.

Amonestados: Juan Pablo Rocchi, David Reano, Damián Akerman (DM); Mauro Navone, Jonhy Aquino (S).

Expulsados: no hubo.

Arbitro: Nicolás Lamolina.

Asistentes: David Idiart – Ariel Miceli.

Público: 5.000 espectadores aproximadamente.

Estadio: Francisco Urbano.

Campo de Juego: Bueno.

Martin Capaccio.

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