lunes, 28 de febrero de 2011

Como alistaron


Comunicaciones 2 vs Deportivo Morón 1

Comunicaciones: 1 Fernando Andrés Otarola Lastra; 4 Alejandro Tomás Strelau, 2 Gonzalo Rodolfo Rocaniere-A-, 6 Ricardo Hernán Pagés, 3 Lucas Fernando Banegas (14 Jorge Ariel Demaio); 8 Gabriel Adrián Díaz, 5 Ángel Damián Arco-A-, 7 Gonzalo Minguillón; 10 Jonatan Tello; 9 Jorge Alberto Chiquilito (17 Franco Romero), 11 Diego Churín (18 Martín Avalos). DT Eduardo Pizzo
Suplentes: 12 Rodrigo Pompo, 13 Ricardo González, 15 Mariano Monroy, 16 Maximiliano Acosta.

Deportivo Morón: 1 Alejandro Esteban Migliardi-A-; 4 Rodrigo Acosta, 2 Antonio Sebastián Pérez, 6 Julián Luciano Bogao-A-, 3 David Reano; 8 Daniel Chávez (18 Mauro Conocchiari), 5 Gustavo Hernán Pinto-A-, 11 Nahuel Chacón (17 Gastón Ada); 10 Sergio Daniel Ponce-A-; 9 Damián Emilio Akerman, 7 Diego Alfonso Barrios Suárez. DT. Oscar Blanco.
Suplentes: 12 Diego Ezquerra, 13 Juan Pablo Rocchi, 14 Guillermo Báez, 16 Hernán Bruno.

Árbitro: Paulo Vigliano
Asistentes: José Daniel Mendoza, Marcelo Bais

Incomunicados

Ni un cachín de fútbol. Pasó la derrota del Gallo en Agronomía por 2 a 1 y en breve tendremos el comentario. Pedimos disculpas por no haber escrito nada aún, ustedes se darán una idea de lo dificil que es separar el sentimiento de la profesión y con el papel vergonzoso que muestra Deportivo Morón, cuestá el doble.

Alejo Lucero Santojanni

sábado, 26 de febrero de 2011

EL PODIO DEL CLÁSICO



Podio vs Chicago (26ª fecha):

Oro: S. D. Ponce: 3 pts.
Plata:.A. Migliardi: 2 pts.
Bronce: D.B. Suárez: 1 punto.


POSICIONES DEL PODIO:

A. MIGLIARDI: 8 PTS

S. D. PONCE: 8 PTS

D.B. SUAREZ: 5 PTS

H. BRUNO: 1 PTO

R. ACOSTA: 1 PTO

F. IÑIGUEZ: 1 PTS

Martin Capaccio.

JUGADOR X JUGADOR: 26ª FECHA



Como lo hacemos habitualmente luego de cada partido, aquí presentamos jugador por jugador, lo que dejaron los que en el clásico, enfretaron a Chicago, la noche del martes en el Urbano. Hay que destacar que exactamente todos los protagonistas lo jugaron con la garra con que se debe jugar un clásico.

A. MIGLIARDI: Ídolo, de los de antes, los incuestionables, humildes. Eclipsó en un mano a mano al delantero de Chicago y ubicó allá arriba, bien alto, cerquita de los astros.
S. PEREZ: Prácticamente no participó en el juego ofensivo de su equipo. En la marca, estuvo bastante firme.
C. GONZÁLEZ: Tuvo vigor en la marca, salvo un grosero error al final del PT que casi costó un gol. El resto del partido, fueron más las veces que ganó que las perdió.
J. BOGAO: No sobresalió, no se destacó para ni bien ni para mal. Crédito abierto.
D. REANO: Tuvo fallas en la marca, sobretodo en el PT cuando lo desbordaron un par de veces. Está bajo.
D. CHAVEZ: Volvió después de tres meses. Sintió el clásico, pero le faltaron piernas para poder jugarlo como hubiera querido.
F. IÑIGUEZ: Apenas un par de sutilezas, como caricias a una novia recién nacida, no alcanzan para redondear un buen partido, para encender el fuego que puede arder desde sus piernas.
G. PINTO: No fue el dueño del mediocampo, digamos que recién en el complemento, fue apenas un inquilino, un locatario que no pareciera que vino a vivir por mucho tiempo. Tuvo un cabezazo que casi transforma la noche.
S. D. PONCE: El que más buscó, el que más acertó en la zona de gestación, donde el desequilibrio es decisivo. Por izquierda o por derecha, se las ingenio para llevar para complicar al rival..
D. BARRIOS SUAREZ: Una fiera, indomable, de a ratos salvaje, silvestre, pero tan sólo, que hasta trataba de fabricarse infracciones, para que alguien le diera bola.
G. BRITOS: Un cachorro, con las ganas de un cachorro, y también con la inmadurez propias de alguien atropellado, que le sobran ganas, pero tiene que aprender aún qué hacer con esas ganas.
N. CHACON: Su ingreso levantó un poco al equipo. No es todavía el que desnivelaba cada vez que ingresaba en los últimos partidos del año pasado.
H. BRUNO: Poco tiempo para calificarlo. Lo mandaron a jugar al lado de Pinto, con quien perdió el puesto.
M. CONOCCHIARI: Reemplazó al pibe Britos y tampoco fue solución a los problemas de Morón.

Martin Capaccio.

viernes, 25 de febrero de 2011

Las posibles formaciones para mañana


Comunicaciones: Fernando Andrés Otarola Lastra; Alejandro Tomás Strelau, Gonzalo Rodolfo Rocaniere, Ricardo Hernán Pagés, Jorge Ariel Demaio; Gabriel Adrián Díaz,
Ángel Damián Arco, Lucas Fernando Banegas; Franco Romero; Jorge Alberto Chiquilito, Diego Churín. DT Eduardo Pizzo

Deportivo Morón: Alejandro Esteban Migliardi; Antonio Sebastián Pérez, Julián Luciano Bogao, David Reano, Rodrigo Acosta; Nahuel Chacón, Federico Antonio Iñiguez, Gustavo Hernán Pinto, Sergio Daniel Ponce; Damián Emilio Akerman, Diego Alfonso Barrios Suárez. DT. Oscar Blanco.

Árbitro: Paulo Vivliano
Estadio: Alfredo Ramos
Día: Sábado 26 de febrero
Horario: 17Hs

jueves, 24 de febrero de 2011

HOY JUEVES 24 POR UNICA VEZ!!!




ESTE JUEVES A LAS 21 HORAS ESCUCHA EL PROGRAMA EL ESPOLON DEL GALLO POR AM810 RADIO LA GAUCHITA CON TODA LA INFORMACIÓN QUE DEJO EL EMPATE EN CERO CON NUEVA CHICAGO Y LO QUE VIENE EL PROXIMO SABADO A LAS 17 HS EN AGRONOMÍA FRENTE A COMUNICACIONES, PARTIDO ESTE QUE USTED PODRÁ SEGUIR VÍA INTERNET POR www.matanzaradionet.com.ar.

EL PROBABLE EQUIPO DE MORÓN SERA CON: MIGLIARDI AL ARCO; LINEA DE 4 CON, PEREZ, BOGAO,REANO Y LA DUDA DE QUIEN REEMPLAZARA A GONZALEZ ES, ACOSTA O BRUNO O BAEZ; EN EL MEDIO CAMPO, CHACÓN, IÑIGUEZ, PINTO Y PONCE; EN EL ATAQUE EL REGRESO DEL GOLEADOR AKERMAN ACOMPAÑANDO A BARRIOS SUAREZ.

REPORTO: RAÚL LUCERO

Paso la 26º sin sorpresas...

Los perseguidores volvieron a jugar para el Bohemio y Atlanta estiró la ventaja.

RESULTADOS
V. San Carlos 1
T. Suárez 0

Atlanta 2
Sarmiento 1

B. Central 2
Estudiantes 1

Brown (A) 1
Flandria 1

Armenio 2
Acassuso 0

Almagro 0
Defensores 3

Italiano 0
Comunicaciones 2

Platense 2
Colegiales 1

Temperley 1
Los Andes 2

Dep. Morón 0
N. Chicago 0

San Telmo 0
Español 0


POSICIONES
1_Atlanta 59 pts.
2_Estudiantes 46
3_N. Chicago 45
4_Defensores 44
5_Comunicaciones 43
6_B. Central 39
7_Brown (A) 38
8_Armenio 36
9_Morón 36


PROMEDIOS
San Telmo 1,141 121 pts.
Flandria 1,122 119
Armenio 1,056 112 (promoción)
Español 1,037 110 (descenso)


27º FECHA
Sábado 26/02
17 hs.
T. Súarez - Español (Arb. Pablo Dóvalo)
Comunicaciones - Morón (Arb. Paulo Vigliano)
N. Chicago - B. Central (Arb. Carlos Stocklas)
Colegiales - Temperley (Lucas Di Bastiano)
V. San Carlos - Italiano (Germán Bermúdez)
Acassuso - Almagro (Arb. Ramiro López)
Defensores - Brown (A) (Arb. Martín Gonaldi)
Flandria - Atlanta (Julio Barraza)
19 hs.
Sarmiento - San Telmo (Gastón Meineri)
Lunes 28/02
17 hs.
Estudiantes - Platense (Arb. Nicolás Lamolina)
20 hs.
Los Andes - Armenio (Arb. Gonzalo López Aldazábal)

Reportó: MARIANO PUPPO

COMUNICACIONES VS MORON


ESTE SABADO DESDE LAS 16.30 HS, VIVÍ EL PARTIDO EN DIRECTO POR www.matanzaradionet.com.ar con los Relatos de Mariano Puppo, los Comentarios de Raul Lucero,Notas Dario Marcellan y Adrian Pereyra, Producción y Entrevistas Alejo Lucero Santojanni y en estudios centrales con el gol a gol del ascenso David Larrosa

Sera una transmisión para que disfruten todos los hinchas de Moron...

Entra a la pagina de MATANZA RADIO NET SIEMPRE POR INTERNET EXPLORER

miércoles, 23 de febrero de 2011

ANTICIPOS DE CARTEROS Y GALLOS

Estadísticas: COMUNICACIONES – DEPORTIVO MORÓN: entre la 1ª B y la 1ª C jugaron 37, el Cartero ganó 7 con 31 goles, el Gallo ganó 24 con 59 goles y empataron 6. En la 1ª rueda: ganó Deportivo Morón por 3 – 0, con goles de Carlos Escudero, Damián Emilio Akerman y Diego BARRIOS SUÁREZ (DM).
• Comunicaciones Local: jugaron 18, Comunicaciones ganó 5 con 16 goles, Deportivo Morón ganó 11 con 24 goles y empataron 2.
Dos son las formas de elegir los martes los árbitros de cada cotejo (por sorteo o por designación)en el caso de Comu/Morón se designó en forma arbitraria al platense Paulo Vigliano (11/05/78).En el local no estará Civit que recibió la quinta amarilla, Diego Churín que se luxo el hombro y está en duda Rocaniere;esto lo confirmará mañana jueves en la edición especial del Espolón del Gallo en AM 810 por KIKE KEPPA. Morón también por acumulación de tarjetas color limón no contará con Cristián González - son muchos a cubrir ese lugar en defensa-; en la delantera vuelve Damián Akermán luego de purgar tres fechas de suspensión-creemos que será el acompañante de Barrios Suárez-.

PARA DESTACAR...

El estado del campo de juego y su verde césped, los coquetos bancos de suplentes y la presión que se puede ejercer, la sala de conferencias y la siempre organizada recepción de los integrantes de la subcomisión de prensa para nosotros los periodistas.Y por supuesto aunque parezcamos cargosos por lo reiterativos: el público que dejó en taquilla la suma de 47.632 pesos.

IMAGENES



las imágenes le dan la razón a lo expresado al final del clásico por "chiche" Migliardi:"Morón es grande por ellos" señalando el apoyo de la gente.

Feliz cumple Capo!!!


El equipo de El Espolón del Gallo saluda por su cumpleaños a Francis Aldazabal Santojanni, quién viviendo en Flores iba de local y visitante, viviendo en Arrecifes seguía por radio, tv, internet, telefono y cada tanto se hacia una escapada en colectivo, en la actualidad sigue al Gallito desde Capitán Sarmiento y es un fiel oyente de El Espolón, pero es un fiel a Morón. Feliz cumple Fran!!!

ESTRENANDO SALA DE CONFERENCIAS



Foto: gentileza Osvaldo Abades (h)

Oscar Blanco (D.T. Morón): “Fue un partido parejo, para cualquiera de los dos equipos. Sabía que ellos tenían 5 jugadores en el medio, por lo que debíamos intentar de no ceder la pelota. En el segundo tiempo, lo metimos en su campo, dominamos bastante. Creo que lo de Barrios Suárez fue un claro penal.”

Alejandro Migliardi (Arquero de Morón): “Lo de la gente… no tengo palabras. Tanto la ovación como el recibimiento fue espectacular. Muchísima gente a pesar de que estamos a mitad de tabla, eso demuestra lo que es Morón: un grande.

POR MARIANO PUPPO

Deportivo Morón: En marzo firmarán el acuerdo para construir el nuevo estadio


El secretario de Planificación Estratégica del Gobierno Local, Daniel Larrache, le confirmó a Anticipos que en marzo se firmará el acuerdo jurídico o fideicomiso que permitirá iniciar este año la construcción del Club Deportivo Morón en la ex Textil Castelar.


El 5 de enero, la empresa Coto/Cicsa- a través de su director ejecutivo Julio López de la Riega- le cedió a la institución Deportivo Morón las 4,4 hectáreas de la ex Textil Castelar que Coto adquirió a mediados de la década del '90 para instalar un hipermercado que la Ley Provincial 12.573 no le autorizó habilitar.

En el mismo acto, el gobernador Daniel Scioli y el intendente Lucas Ghi firmaron un acta en el que certificaron que se cumplió con lo establecido en la Ley Provincial 14.113 que asignó "uso deportivo" al terreno de la ex Textil Castelar.

Y por último, el presidente del club, Jorge Ruiz, y el secretario, Pablo Salvo, se comprometieron por escrito a cederle a la empresa Coto/Cicsa una porción de las 2,5 hectáreas sobre las que está emplazado el estadio para que Coto instale un hipermercado.

El contrato firmado en enero posee una cláusula que establece un plazo no mayor a los 120 días para conformar la estructura jurídica (o fideicomiso) que le pondrá garantías al traslado y al emprendimiento urbanístico que se desarrollará sobre las 2,5 hectáreas que el club dejará libres en 2013.

"Estamos trabajando fuertemente en el armado del fideicomiso que esperamos firmar en marzo", aseguró Larrache el miércoles en diálogo con Anticipos.

El fideicomiso lo firmarán Coto, Deportivo Morón, la desarrolladora Vila Sebastián Vila, el grupo inversor G&D Developers y el Gobierno Local, que actúa como regulador del proyecto.

El armado del fideicomiso estará a cargo de Bapro Mandatos y Negocios SA, una empresa del Grupo Bapro (ver aparte).

Una vez firmado el fideicomiso, en un plazo no mayor a 120 días comenzará la primera etapa del traslado que bajo una inversión de seis millones de dólares consistirá en la construcción del estadio con capacidad para 22.062 personas sentadas, un gimnasio multifunción y la sede social del club.

Nota Extraída: www.diarioanticipos.com

PONTE CORRERA DE INVITADO EN EL TCM


Martín Ponte será uno de los pilotos invitados con la que contará el TC Mouras en el autódromo de La Plata, en lo que será la fecha inicial del campeonato y la primera de tres competencias especiales con corredores convidados.

El entrerriano conducirá el Chevrolet de Jorge Lago, uno de los habituales protagonistas de la categoría. “Agradezco la atención de Jorge y espero que podamos cumplir con una buena actuación, así el comienza el año de la mejor manera”, comentó Martín, quien en la temporada pasada compitió con el Dodge de Alejandro Berganza y culminó séptimo en la final de pilotos invitados.

De esta manera, Ponte festejará el domingo 26 años arriba de un auto de carrera, el lugar donde se siente más a gusto.

Nota extraída: www.martinponte.com

ENTRE EMOCIONADO Y ABURRIDO...

Entre emocionado y aburrido, así me fui a dormir luego de una tardenoche agitada.Los preparativos para una experiencia novedosa como es llevar a mucha gente imagen y voz en ese canal comunicante llamado internet que nos conecto con 4871 enganchados a través de www.matanzaradionet.com.ar los que se manifestaban con mensajes y nos llenaban de satisfacción.
Si nos remitieramos solo a las acciones del cotejo podríamos decir que estuvo cargado de buenas intenciones, casi tanto como el sopor de la alta humedad del ambiente, en el caso del local con el aliento de 13.000 seguidores los obligaban a esforzarte y en los visitantes buscando el cartel de ser "taitas" en rodeo ajeno. Con autoridad periodística por primera vez tendré que disentir con el DT Blanco ya que no existió orden y como prueba quedaron graficados los contragolpes de Chicago que encontraron una decena de veces mal parada a la defensa, por fortuna "Chiche" sigue cumpliendo bajo los tres palos y los toros tuvieron una cornada poco afilada.El medio fue un sector de tránsito; es que sin pretender ser duros, o solo duros pero no descalificadores: Chaves y Pinto se asemejaban a jugadores seniors, Iñiguez ponía voluntad que no es lo mismo que calidad mientras Ponce se convertía en la muñeca pepona acosada por su sector-donde era el creativo en su zona de gestación- Arriba Barrios Suárez metía y metía, también lo hacía el melli Brito con menos precisión (recién es el segundo partido)Morón con lo descripto fue más que el verdinegro, eso sí nunca concretó y pagó caro el no marcar un gol y a esta altura estar afuera del reducido; no soy quién para mentirles también se pudo perder porque los yerros de ellos en el mano a mano fueron patéticos. Quieren que les hable de las variantes tácticas?. El Primer cambio Chacón por Chaves,cambió una moneda de cara visible por una "chirola", Nahuel le imprimió velocidad a la banda izquierda por donde afloraron los centros a la olla; otro "senior" Conocchiari por el "melli" Brito, se habrá querido ganar experiencia aunque solo se sumó enredo y por último Bruno por Iñiguez, en nuestra humilde opinión desasertado porque uno dice lo que ve y no calla lo que siente. lo puso a Hernán por el compañero con el que habitualmente hicieron buenas actuaciones (recordar los quites y creaciones de la dupla Iñiguez/ Bruno)y dejó en el campo al "chavo" Pinto -¿solo por compromisos preestablecidos?-.Como si fuera poco al "gringo", sin "cachín" en el banco (fue expulsado por entrar tarde su equipo en la reanudación), le dieron dos ordenes diferentes, una: emanada del técnico alterno Longo y la otra: de su ladero en el medio Pinto= desconcierto.Que lástima!! Aburrió el no haber obtenido los 3 puntos aunque las estadísticas ante Mataderos nos sigan favoreciendo. Y si bién por algunos suplantados (ej:Báez)se han dado cuenta que no solo sirve empujar en la vida y en el fútbol, además hay que pensar.Habrá que reflexionar sobre aquella frase de Pancho Ibañez: Es la supervivencia del más apto.En este caso específico no importa que sea pibe,tenga poco rodaje o sea un emulo de Messi,ante el "cartero" ganador de Pizzo tendrá que pararse un equipo con hambre de algo...
POR RAUL LUCERO.

EMPATE CLÁSICO



Foto: gentileza Osvado Abades (h)

El “gallo” igualó en el clásico frente Chicago en el Francisco Urbano. Para como venía el equipo, el resultado no es malo. Morón no tuvo una mala performance, pero su rival es, y fue más.


Nadie tuvo dudas, antes, durante y una vez finalizado el partido, que se jugaban mucho más que tres puntos en un clásico. Si bien lo importante era no perder, quedó claro que los dos equipos lo quisieron ganar. El 0 a 0 fue un detalle, una anécdota, un desliz en un encuentro vibrante, entretenido y digno de ser visto. Hubo chances de gol de los dos lados, y aunque el “torito” dejó una imagen más compacta, Morón nunca se achicó, aún con menos herramientas. El de Mataderos es un conjunto en alza, que trata bien la pelota, que llega por abajo con la habilidad de Pablo Ruiz, que tiene un buen doble cinco que corta y juega, una defensa a la que la mayoría de las veces se la encuentra bien parada y una delantera con alguna indecisión. Morón, hoy por hoy, es bastante menos que eso: una defensa en formación –esta noche cambió dos piezas por decisión táctica-, un mediocampo que no se termina de armar y una delantera tuerta. Así y todo, salió a jugar con vergüenza, y supo siempre que se trataba de un clásico, aún en los momentos en que fue superado por el contrario. Como en los últimos partidos, entre Chiche y Barrios Suárez hubo una distancia insondable. Esos son sus dos mejores jugadores, por siderales diferencias con el resto. Tal vez individualmente Ponce, Iñiguez a cuentagotas y la garra de González suman algunos porotos pero lo que sufre el Deportivo Morón es la falta de funcionamiento, el andamiaje en general de un equipo que hoy es cierto, se tuvo fe, aunque no es preciso, vertical ni contundente y adolece de un equilibrio en la mitad de cancha que le signifique una seguridad que no tiene, carece de firmeza en la última línea y decisión a la hora de atacar. Eso es el equipo dirigido por “cachín” hoy, una miscelánea de voluntades individuales que no logran amalgamarse, un equipo que no da sensación de tal, que carece de estilo, de volumen de juego, y que está lejos en la producción futbolística y en los resultados de lo que se espera de sus nombres. En la primera parte Chicago salió a buscar el partido, y le creó más de una oportunidad que “Chiche” evitó con sus manos. El “gallo” respondía, como podía, y aún en ataque, retrocedía mal, entonces la visita aprovechaba esos ataques para contragolpear y arrimarse cada vez más en el campo de los merecimientos al triunfo. La única clara que tuvo fue una habilitación de Ponce –a 5’ del final del P.T.- que dejó mano a mano a Britos y la inexperiencia del pibe tal vez le jugó a favor al arquero Gómez para quedarse con la pelota. Durante esa etapa, Chicago fue más compacto, llegaba más y más limpio, y ganó la pulseada de la mitad de la cancha. En el complemento el local emparejó las cosas. Se animó más, sobretodo cuando Ponce pasó a la derecha del ataque y Chacón ingresó por Chávez, ocupando el sector izquierdo. Aprovechó Morón para arrimarse al área de Gómez, algo tímido, con Ponce que buscaba ser claro en la zona dónde desequilibrar es clave. Pero sus compañeros siempre llegaban imprecisos, sigilosamente, como el que se arrima con cautela, en puntas de pie, tratando de no hacer mucho ruido, apurado para tocar timbre y rajar. Entonces se hacía muy difícil para Barrios Suárez que conoce bien la zona, que la domina y hace pie, pero si lo dejan tan solo, apenas tambalea. Por otra parte, los dirigidos por Finarolli nunca resignaron el arco contrario, y se venían cada vez que podían, y por suerte, no pudieron concretar las numerosas chances de gol que crearon:algunas veces por “chiche”, y otras por propia impericia a la hora de definir un partido, en el que dejaron una mejor imagen de equipo. Por lo menos no se perdió un clásico, por lo menos se sacó un punto, por lo menos dejaron todo. Quizás suene a poco, pero de ahora en más, vamos por más. Dejemos los menos, pensemos que se puede, que el “gallo” está entrando en el reducido, que de a poco Ponce se va animando a manejar los hilos junto a Iñiguez, que ya vuelve Akerman y que la fe o la esperanza, como decía Borges, es el recuerdo que nos viene del porvenir.


DEP. MORON 0 vs NUEVA CHICAGO 0


FORMACIONES


Dep. Morón (0): 1. Alejandro Migliardi; 4. Sebastián Pérez, 2. Cristian González, 6. Julián Bogao, 3. David Reano; 11. Daniel Chávez (16. Nahuel Chacón), 5. Gustavo Pinto, 8. Federico Iñiguez (15. Hernán Bruno), 10. Sergio Daniel Ponce; 7. Diego Barrios Suárez, 9. Gustavo Britos (18. Mauro Conocchiari).
DT. Oscar Blanco.
Suplentes: Diego Ezquerra, Juan Pablo Rocchi, Guillermo Báez y Gastón Ada.

N.Chicago (0): 1. Agustín Gómez; 4. Adrián Scifo, 2. Luciano Preccone, 6. Matias Escudero, 3. Darío Arias; 7. Pablo Ruiz, 8. Rodrigo Pepe, 5. Roberto Bocchi, 11. Agustín Domenez (16. Damián Luna); 10. Ezequiel Petrovelli (17. Leandro Cogrossi), 9. Leonardo Carboni.
DT. Mario Finarolli.
Suplentes: Darío Monllor, Ariel Coronel, Leandro Testa, E. Verón.


Amonestados: Cristian González, Gustavo Pinto, Julián Bogao, Diego Barrios Suárez (DM); Agustín Domenez, Pablo Ruiz, Darío Arias (NCH).

Expulsados: Oscar Blanco D.T. (DM).

Arbitro: Gastón Meineri.

Asistentes: Jorge Díaz – Héctor Blanco.

Público: 10.000 personas aproximadamente.

Estadio: Francisco Urbano.

Campo de Juego: Muy Bueno.

Martin Capaccio.

martes, 22 de febrero de 2011

TRANSMISIÓN POR INTERNET

USTED PUEDE ESCUCHAR Y VER (radio/tv) AL DEPORTIVO MORÓN EN una emisión de prueba al "EL ESPOLÓN DEL GALLO" este Martes desde las 21:50 el clÁsico Morón-Chicago a través de www.matanzaradionet.com.ar Con los Relatos de Mariano Puppo, los comentarios de Raúl Lucero, vestuarios Darío Marcellán y la Producción de Alejo Lucero Santojanni!!! VOS... TE LO VAS A PERDER???

FELIZ CUMPLE "TOTO"



Hoy es el cumple nº 28 de Daniel Alberto Cerruti, alias "toto". Con más de 100 partidos en primera, es el segundo jugador con más presencias vistiendo los colores rojiblancos en el actual plantel, detrás del histórico goleador. En este campeonato, jugó nada más que los dos primeros partidos del campeonato como titular -frente a Acassuso y Los Andes- y luego ingresó en el complemento en uno más. Asimismo, convirtió 6 goles en su carrera, todos con la camiseta del gallo. Tal vez no sean sus días más agraciados en el fútbol, pero desde aquí, el Espolón del Gallo le manda un gran saludo y le desea un feliz cumpleaños!

CAMPEONATO AMATEUR FUTBOL 11 EN EL PREDIO DE PONTEVEDRA

Se realizará en el Predio Raúl Florentino Di Carlo, que el club posee en Pontevedra, un campeonato amateur de fútbol 11.
El mismo comenzará el 3º fin de semana de Marzo y desde ahora (todos los sábados) se están realizando partidos amistosos, preparativos para dicho torneo.
Para mayor información comunicarse a los teléfonos: 15-3632-9067/15-6399-0870 o a los radios: 469*372 / 566*8914.
Reportó: Subcomisión de Prensa y Difusión Club Deportivo Morón

Excelente cuento de Sacheri para la ocasión


Los traidores por Eduardo Sacheri

¿Qué decís, pibe? Llegaste temprano. Vení, acomodáte. «¡Hey, jefe: Dos cafés!» Dejáte de jorobar, pibe, yo invito. El sábado pasado convidaste vos. ¿Y qué tiene que ver que hoy sea el clásico? El café sale lo mismo. Van uno a cero. Mirálo bien al petisito que juega de nueve. Lo vi en el entrenamiento del jueves, no sabés cómo la lleva. Se mezcló bárbaro con la Primera. Lo acaban de traer. De Merlo, creo. Una maravilla. Aparte ahora que nos cagó Zabala nos hacen falta delanteros. Es una fija, pibe. La única que nos queda es sacar pibes de abajo. Y sacarlos como si fueran chorizos, ¿eh? Si no, te pasa como con Zabala. El club se rompe el alma para retenerlo cuatro, cinco años, y a la primera de cambio cuando le ofrecen dos mangos se te pianta a cualquier lado y te desarma el plantel. Sí, seguro. Si no les importa nada. ¿La camiseta? No pibe, ésa te calienta a vos o a mí, pero ¿a éstos? ¿No fue el imbécil éste y firmó para Chicago? Ya sé que es un traidor, pero fijáte lo que le importa.

Se muda al Centro y listo. si te he visto no me acuerdo. Igual no te preocupés. Hoy no la va a tocar. A ese matungo no le da el cuero para amargarnos la vida. Ya sé que con Chicago la cosa se puede poner fulera. Clásicos son clásicos. Pero quedáte tranquilo. Es un amargo y no se va a destapar ahora.
Si vos hubieras vivido en la época de Gatorra sí que te hubieses chupado un veneno de aquéllos. Vos no habías nacido, ¿no? Si fue hace una pila de años... ¿Y cómo sabés tanto del asunto? Ah, tu viejo estuvo en la cancha. Bueno, entonces no tengo que recordarte mucho. Fue algo como lo de Zabala pero peor. Porque Gatorra era nuestro, pero nuestro, nuestro. Desde purrete había jugado con los colores gloriosos. Pero resulta que en el pináculo de su carrera, cuando nos dejó a tres puntos del ascenso en una campaña de novela, va y firma con Chicago. Fue el acabose, pibe, el acabose. No lo lincharon porque en esa época la gente se tomaba las cosas con más calma. Porque en Chicago la siguió rompiendo. Y para peor, en el primer clásico en el que jugó contra nosotros, con ese harapo bicolor puesto en el lugar donde hasta entonces había estado «la gloriosa», nos metió tres goles y nos los gritó como un loco. Así, pibe, sin ponerse colorado. Lo putearon de lo lindo, pero el resentido parece que cuanto más lo insultaban más se enchufaba. Escucháme un poco: el tercer gol lo metió de taco, con las manos en la cintura, sonriendo para el lado en que estaba la hinchada del Gallo. Ni te imaginás, pibe.
Así que tu viejo lo vio, fijáte un poco. Si hubieses estado, nene. No sabés lo que fue aquello. Pero 10 mejor, lo mejor...

¿Te cuento una historia rara? ¿Seguro? Tiempo tenemos: van cinco minutos del segundo tiempo. Falta como una hora para que empiece. Bueno, entonces te cuento: ¿qué me decís si te digo que ese partido de los tres goles de Gatorra con la camiseta de Chicago yo lo vi en medio de la tribuna de ellos, rodeado por esos ignorantes que gritaban como enajenados? ¿Qué me dirías si te digo que los dos primeros goles hasta tuve que alzar los brazos y sonreír como si estuviera chocho de la vida?
¿Sabés qué pasa, pibe? La verdad es que Gatorra no era el único traidor de aquella tarde: yo también estaba del lado equivocado. Sí, flaco, como te cuento. Y todo, ¿sabés por qué?: por una mina. Todo por una mina, ¿te das cuenta? No, ya sé que no entendés ni jota. No te apurés. Dejáme que te explique.

A veces la vida es así, pibe, te pone en lugares extraños. La cosa vino más o menos de este modo: un año antes más o menos de ese partido de la traición de Gatorra, les ganamos en Mataderos, encima con un gol de él, fijáte un poco. A la salida me desencontré con los muchachos de la barra, así que entré a caminar por ahí, cerca de la cancha, pero me desorienté feo. Muy tranquilo no andaba, qué querés que te diga. Ya era de tardecita, y terminar a oscuras rodeado de gente de Chicago no me hacía ninguna gracia, sabés. Pero en una de ésas doy vuelta una esquina y la veo. No te das una idea, pibe. Era la piba más linda que había visto en mi vida. Llevaba un trajecito sastre color grisesito. Y zapatitos negros. Mirá si me habrá impactado: jamás de los jamases me fijaba en la pilcha de las minas. Y de ésta al segundo de verla ya le tenía hasta la cantidad de botones del chaleco. Era menudita pero, ¡qué cinturita, mama mía, y qué piernas! Bueno, pibe, no te quiero poner nervioso. Y cuando le vi la cara... ¡Qué ojos, Dios Santo! No sabés los ojos que tenía. Cuando me miró yo sentí que me acababa de perforar los míos, y que el cerebro me chorreaba por la nuca. Qué cosa, la pucha. Estaba apoyada contra un auto, con un par de fulanos a cada lado. Dudé un momento. Si me paraba ahí y la seguía mirando capaz que esos tipos me terminaban surtiendo. Pero, ¿si me iba? ¿Cómo iba a verla de nuevo? No tenía ni idea de dónde cuernos estaba. Era entonces o nunca. Así que enfilé para donde estaban. Sí, como lo oís. Mirá que me he acordado veces, pibe. ¿Cómo me animé a encarar hacia el grupito ése, de nochecita, en Mataderos, después de llenarles la canasta? Y fue por amor, pibe. No hay otra explicación posible ¿Qué vas a hacerle?

Cuando me acerqué medio que entre dos de los fulanos me salieron al paso. Ahí un poco me quedé: los medí y me avivé de que me llevaban como una cabeza. Atorado, voy y les pregunto para dónde queda Avenida de los Corrales. Apenas hablé me quise morir. Ahí nomás se iban a apiolar: ¿qué hacía un tarado caminando solo por Mataderos el sábado a la nochecita, preguntando por Avenida de los Corrales, si no era un hincha de Morón que venía de llenarles la canasta y no tenía ni idea de dónde estaba parado? Tranquilo, Nicanor, me dije. Capaz que estos tipos ni bola con el fútbol. Pero la esperanza me duró poco. Uno de los tipos me encara y me pregunta de mal modo: «¿Vos no serás uno de esos negros de Morón, no?». Yo me quedé helado. Iba a empezar a tartamudear una excusa cuando la oí a ella: «Alberto, cuidá tus modales, querés». Dijo cinco palabras, pibe. Cinco. Pero bastó para que yo supiera que tenía la voz más dulce del planeta Tierra. Casi me la quedo mirando de nuevo como un bobo, pero el instinto de conservación pudo más y me encaré con el tal Alberto. Yo sé que ahora te lo cuento, cuarenta años después, y parece imperdonable. Pero ubicáte en el momento. La piba ésta. Yo con el amor quemándome las tripas. Y esos cuatro camorreros listos para llenarme la cara de dedos. La boca puede caminarte más rápido que la mente, sabés: «¿Qué decís? ¿De Morón? Ni loco, enteráte». Y volví a mirarla. A esa altura ya me quería casar, sabés. Así que no se me movió un pelo cuando seguí: «De Chicago hasta la muerte».

Los tipos sonrieron, y a mí me pareció que ella se aflojaba en una expresión tierna. El único que siguió mirándome con dudas fue el tal Alberto: «Y decíme, si sos de Chicago, ¿cómo cuernos no sabés dónde queda la Avenida de los Corrales?». Era vivo, el muy turro. Los demás me clavaron los ojos, repentinamente apiolados del dilema. Pero yo andaba inspirado. Y la miraba de vez en cuando a la piba y el verso me salía como de una fuente: «Resulta... -me hice el que dudaba si exponer semejante confidencia-, resulta que es la primera vez que puedo venir a la cancha». Los tipos me miraron extrañados. Yo ya andaba por los treinta, así que no se entendía mucho semejante retraso. «Yo vivo en Morón -seguí-, es cierto, pero...-los tipos me clavaban los ojos-, pero volví a caminar recién hace cuatro meses».

Te la hago corta, pibe. Arranqué para donde pude, y lo que se me ocurrió fue eso. Supongo que fue por los nervios. Pero no vayas a creer. Después fui hilvanando una mentira con otra, y terminó tan linda que hasta yo terminé emocionado. Les dije que de chiquito me había dado la polio y había quedado paralítico. Y que por eso nunca había podido ir a la cancha. Agregué que me hice fanático de Chicago por un amigo que me visitaba y que después murió en la guerra (no se en qué carajo de guerra, dicho sea de paso, pero les dije que en la guerra). Y que me había enterado de que en Estados Unidos había un doctor que hacía una operación milagrosa para casos como el mío. Y que había vendido todo lo que tenía para pagarme el tratamiento. Terminé diciendo que había sido todo un éxito. Que había vuelto hacía dos semanas, después de la rehabilitación, y que apenas había podido me había lanzado a Mataderos a ver al Chicago de mis amores. Tan poseído del papel estaba que cuando conté mi tristeza por los dos goles recibidos en la tarde se me quebró la voz y se me humedecieron los ojos. Cuando terminé los cuatro energúmenos me rodeaban y el tal Alberto me apoyaba una mano en el hombro.
«Me llamo Mercedes, encantada.» Me alargó la diestra, y mientras se la estrechaba pensé que cuando llegara a casa me iba a cortar la mano y la iba a poner de recuerdo sobre la repisa. Tenía la piel suave, y me dejó en los dedos un aroma de flores que me duró hasta la mañana siguiente. Después se presentaron los tipos. Tres eran hermanos de ella, «gracias a Dios», pensé. Y el coso ése, Alberto, era un amigo. «Me cacho en diez, será posible, el muy maldito», me lamenté.

Estaban en la vereda de la casa de ella. Y acababan de volver del partido. El corazón me dio un vuelco cuando me enteré de que el papá de ella era miembro de la comisión directiva, y que el más grande de los hermanos era vocal de la asamblea. No sólo eran de Chicago: ya era una cosa como Romeo y Julieta, ¿viste?
Resulta que iban todos los sábados a ver a Chicago, pero Mercedes iba sólo cuando jugaban de locales. Y al palco, junto con el padre. Los hermanos y el otro tarado iban a la popular, con algunos amigos. Se ofrecieron a llevarme a casa. Traté de disuadirlos, diciéndoles que en Morón tal vez no fueran bien recibidos, pero insistieron. «Tendrás que descansar», decían.

Yo fui rezando todo el viaje para no cruzarme con ninguno de los vagos de mis amigos. Llegué sano y salvo. Tuve el cuidado de cojear levemente al bajar delante del portón de casa. Los saludé efusivamente. Ellos se dijeron algo mientras yo me alejaba. «¡Nicanor!», me llamó el hermano grande. «¿Querés venir el sábado con nosotros?» Mi alma estaba vendida definitivamente al diablo. Me di vuelta. Y algo vi en los ojos de ella que me decidió. «Seguro -contesté-. Pero no se molesten hasta acá. Los veo en la sede.» Los miré alejarse creyendo entender a San Pedro cuando escuchó cantar al gallo el Viernes Santo.
Cuando entré a casa la encaré a mi vieja y le di rápido el resumen de mi nueva vida. Pobre viejita, no entendía nada. Cuando le dije que me habían traído unos hinchas de Chicago rajó para la heladera para prepararme unos paños fríos. «Vos te insolaste», diagnosticó. Pero la seguí hasta la cocina y con paciencia
le expliqué varias veces el asunto. «¿Tan rica es esa chica, Nicanor?», me preguntó. «No me pregunte, mamita». contesté turbado. Se ve que entendió, porque nunca más me dijo nada.

Con los muchachos la cosa iba a ser distinta. ¿Cómo explicarles semejante agachada? No me animé a hablar. Tuve que apilar una mentira sobre la otra, y sobre la otra, y así hasta formar una torre interminable. En el barrio dije que me había salido un laburito de contabilidad en una empresa de colectivos, los sábados. Y los muchachos, lógicamente, se quejaron. Decían: «¿Para qué lo querés Nicanor? Si con el sueldo del banco para vos y tu vieja te alcanza y te sobra». Y yo que «no, sabés que pasa, que quiero ahorrar unos manguitos», y toda esa sanata. La vieja resultó de fierro. Tan entregado me veía a mí que hasta colaboró con alguna mentirita menor para darme más coartada. Cuando salía a hacer las compras comentaba que el pobre Nicanor estaba deslomándose con dos trabajos, para comprarle los remedios para el asma. «¿Y desde cuándo tiene asma, Doña Rita?» «Es `asma muda', por eso», contestaba. Pobre viejita, se ve que en la familia nunca fuimos demasiado brillantes para el verso.

El asunto es que en ese año emprendí una doble vida de Padre y Señor nuestro. Durante la semana hacía mi vida normal: después del banco pasaba por la sede del Deportivo a tomar una copita y jugar naipes con los muchachos. Cara de póker, como si nada. Una vez sola estuve a punto de pisar el palito. Se habían trenzado en una discusión de las habituales, pero ese día se les había dado por lucirse citando equipos en cuya formación se repitieran ciertos nombres de pila. No sé, Carlos, Artemio, el que fuera. Y voy yo como un pelotudo y digo que en la primera de Chicago juegan cuatro tipos que se llaman Roberto. Me miraron como si fuera un extraterrestre. Salí del paso levantando el dedo y con voz solemne: «Y, viejo, conoce a tu enemigo» o alguna imbecilidad por el estilo. Pero transpiré la gota gorda. ¿Qué querés? Pasaba lo evidente. Todos los sábados a ver a Chicago. Chicago para acá, Chicago para allá, como si fuese el hincha más fiel del planeta. Ya me conocía hasta las mañas del aguatero suplente. Pero ¿cómo no iba a ir? Si a la vuelta los hermanos me insistían para que me quedara a un vermouth en casa de Mercedes. Por supuesto me los tenía que bancar al viejo y a los hermanitos, pero también estaba ella, que se prendía a las conversaciones futboleras con elegancia pero sin remilgos.

Todo tenía sus ventajas: si perdía Chicago yo disfrutaba como un príncipe heredero las caras de culo de mis acompañantes, mientras fingía certeras pala bras de consuelo y pronosticaba futuras abundancias. Si ganaban, la algarabía del papá solía redundar en una invitación para comer afuera, todos juntos, Merceditas incluida. Así que no podía quejarme. Es cierto que la conciencia a veces me remordía mientras saboreaba la picada con el Gancia rodeado de mis enemigos de sangre. Pero de inmediato se acercaba Mercedes, precedida por su sonrisa de arco iris y su mirada de incendio; Mercedes rodeada por su fragancia de mujer inolvidable, ofreciéndome la última aceituna antes de que se la deglutieran aquellos mastodontes, y la sensación de culpa se disolvía en una egoísta gratitud a Dios y a la creación en general.

Pero lo bueno dura poco, pibe. Ese es el asunto. Ya iba para un año de mi traición inconfesa cuando se me vino encima el choque del siglo. Morón versus Chicago, con el malparido de Gatorra estrenando los trapos verdinegros luego de venderse a Lucifer por unos pocos pesos. Yo ya tenía decidido enfermarme de algo incurable ese fin de semana y ver el clásico desde la tribuna correcta de la vida. Ya había anunciado en la sede del Deportivo que en la empresa de colectivos había pedido un adelanto de vacaciones para disfrutar de esa tarde impostergable, en la cual con justa razón los simpatizantes del Gallo harían naufragar al «vendido en un océano de insultos que perseguiría su memoria por el resto de la eternidad. Los muchachos habían recibido mi anuncio con alborozo. En el campamento enemigo abrí el paraguas aludiendo a cierta enfermedad incurable de una cierta tía mía residente en Formosa (que súbitamente se agravaría y me llamaría a su lado para no despedirse del mundo en soledad).

El problema surgió el martes anterior al partido. Debo confesar que para ese entonces yo asistía los martes a la nochecita á un vermouth en la sede de Mataderos. No me mirés así, pibe. Yo estaba compenetrado de mi papel, y Mercedes me tenía totalmente enajenado. Pero los cuatro brutos ésos me la marcaban de cerca. De alguna manera tenía que verla entre semana, aunque fuera de pasadita. Además, estaba ese fulano Alberto, el «amigo», que no la dejaba ni a sol ni a sombra. En verdad, nunca los había visto en actitud de noviecitos. Nada que ver. Pero el tipo se la comía con los ojos. Y al viejo de ella lo seguía como un perro, el muy guacho. Le chupaba las medias que daba asco: le llevaba los papeles, le hacía de chofer, le tenía la puerta vaivén de la sede. Lástima que yo siempre fui tan bueno. Porque si no, en algún amontonamiento en la popular lo empujo y termina veinte escalones más abajo con cuarenta huesos rotos, viste. Pero siempre fui un romántico bobalicón, qué le vas a hacer.

Pero ese martes anterior al clásico se me vino el mundo abajo. El muy imbécil va y anuncia en la mesa de café que el viejo de Merceditas lo ha autorizado a llevarla al cine el sábado a la noche, como festejo especial del previsible triunfo de Chicago en el clásico vespertino. Los hermanos de Mercedes lo palmearon complacidos; y yo tuve que fingir algo parecido a una sonrisa aprobatoria.
Ahora no tenía salida. O lo mataba el sábado en la cancha o el tipo me ganaba definitivamente de mano. Justo ahora, que Mercedes prolongaba las miradas que cruzábamos furtivas en el vermouth de la nochecita, y me buscaba tema de conversación cuando nos encontrábamos a la salida del palco y caminábamos todos juntos hasta el auto. ¿O era una impresión mía, inducida por el embotamiento del amor que le tenía? El hecho, pibe, es que tuve que dar media vuelta en el aire y cambiar de planes.
A los muchachos les dije que en la empresa de colectivos me habían denegado el permiso, bajo amenaza de echarme. Ellos ofrecieron quemar la terminal con mis jefes adentro, pero los disuadí entre sonrisas, convenciéndolos de que no era para tanto. A los hermanos de Mercedes les dije que mi tía la que se estaba muriendo en Formosa se había curado de repente.

Celebraron y brindaron a mi salud y a la de mi tía. Al único que se lo vio medio arisco fue al tal Alberto, como si sospechara algo turbio, o como si lo hubiese desilusionado mi permanencia en Buenos Aires. Por supuesto que verlo así me llenó de alegría.
Con todas esas complicaciones de última hora no tuve tiempo de detenerme a pensar seriamente en las dificultades de presenciar ese clásico histórico en la tribuna visitante. ¿Entendés, chiquilín? Primera dificultad: que me reconociera la gente del Gallo. Solución: anteojos negros, cuatro días sin afeitarme y un amplio sombrero para protegerme del sol. Segundo problema: llegar en medio de los visitantes y ser reconocido pese a mis camuflajes. Solución: entrar a primera hora, solo, y esperar en las gradas la llegada de la tribu de Merceditas, bien escondido en el extremo de la popular opuesto a la zona de plateas. Quedaba un tercer problema, pero éste no tenía solución posible: soportar noventa minutos en nuestra cancha en silencio, o moviendo los labios acompañando a los energúmenos éstos, mientras del otro lado del césped los nuestros descargaban su justo rosario contra esos malparidos y sobre todo contra Gatorra, su más pérfida y reciente adquisición. Y mientras tanto rezar, rezar para que nadie se diera cuenta de la impostura, para que Gatorra estuviese en una mala tarde, para que ganáramos el clásico, para que la derrota le torciese el humor al padre de Mercedes y cancelara la salida al cine de la noche en el auto del tarado de Alberto. Demasiados pedidos para un solo Dios en un solo rezo. Pero, ¿qué iba a hacer, pibe?

Cumplí mi plan a la perfección. Llegué a la una en punto, recién abiertas las puertas. Completé mi atuendo con un piloto verde y amplio que había sido de mi difunto tío. No sabés la facha, pibe: sombrero ancho, anteojos negros, capote militar y barba de varios días. Cuando me vio salir de casa a la viejita casi le da un soponcio. Tuve que sacarme todo de raje para mostrarle y convencerla de que no era una aparición de San La Muerte.
¿Qué te contaba, pibe? Ah, sí. Que llegué temprano y me acomodé bien arriba en las gradas a esperar. Cuando fueron llegando los de Chicago no hablaban de otra cosa: jorobaban con cuántos goles nos iba a meter Gatorra, practicaban los cantitos alusivos, hacían gestos, no sabés, pibe. Una tortura. A eso de las dos cayeron los hermanos de Mercedes. Tuve que hacerles señas mientras me acercaba a ellos para que me reconocieran. Aduje una extraña reacción cutánea que me obligaba a protegerme del sol. «¿Qué sol, si en cualquier momento llueve?» No podía faltar el inoportuno de Alberto para buscarle la quinta pata al gato. «Secuela de la operación, por la anestesia, sabés. Los otros lo codearon, enternecidos por mi sufrimiento, y lo obligaron a callar.

Cuando faltaban quince minutos, en la tribuna visitante no cabía un alfiler. La verdad, ellos habían traído a todo el mundo. Y a la luz de cómo fueron los hechos hicieron bien, ¿no? Imagináte pibe: ser testigo de una goleada bárbara con tres tantos de un tipo que traicionó a tus enemigos y ahora juega para vos. ¿No parece un cuento de hadas, pibe?
A Merceditas la ubiqué enseguida gracias al enorme paraguas negro que el viejo de ella abrió cuando empezó a chispear, faltando cuatro minutos. Levanté un brazo a modo de saludo, y ella me contestó con una sonrisa que me levantó la temperatura debajo del capote verde. ¿Cómo hizo para ubicarme con semejante indumentaria? En ese momento me dije que era el amor el que la guiaba con sus dictados. No pongás esa cara, pibe, ya sé que uno es cursi cuando habla de amor, pero qué querés. Si la hubieses visto como yo la vi. Nunca más volví a ver a una mina tan linda como estaba Merceditas esa tarde. Llevaba un vestidito verde con cartera y zapatitos negros (y qué querés, si la pobre no conoció otro cuadro) que le quedaba que ni pintado. Y el pelo recogido en un rodete. Y los labios rojos. Me hubiese quedado mirándola el resto de la tarde. Bah, el resto de la vida.

Pero cuando salieron a la cancha los ojos se me fueron a Gatorra. El muy guacho iba bien erguido, encabezando la fila. Recibía los insultos casi con gra cia, con elegancia. Cuando enfiló para el medio miró hacia la hinchada visitante que se vino abajo. En esa época los equipos no solían saludar desde el medio, pero el soberbio éste se tomó el tiempo de alzar los brazos en dirección a las vías del Sarmiento, para que a sus espaldas un rumor de rabia se alzara como un incendio desde la barra enfurecida. Yo rezaba debajo de mi disfraz para que lo partieran a la primera de cambio. Pero se ve que Dios andaba en otra cosa. Porque este malnacido, este traidor imperdonable, eludió a cuatro tipos y la tocó suavecita a la salida del arquero. Alrededor mío los fulanos se subían unos a otros, lloraban, gritaban como energúmenos, levantaban los brazos gesticulando obscenidades. Sintiéndome Judas tuve que alzar los brazos, para no botonearme tanto. En cuanto pude miré para el palco y la vi a Mercedes aplaudiendo con la carterita colgada del antebrazo izquierdo y sonriendo hacia donde yo estaba; y solté dos lagrimones de dolor que me corrieron bajo los lentes oscuros. La impotencia, ¿sabés?.

Veinte minutos más y ¡zas! Córner y un cabezazo del cornudo de Gatorra. Dos a cero y de nuevo el delirio. Ahí yo empecé a pensar que en realidad todo era un castigo por mi traición; y que la culpa de esa humillación colectiva la tenía yo, el Judas moderno del fútbol argentino. Decí que cuando terminó el primer tiempo y todos los tipos se apuraron a apoyar el trasero en algún huequito libre de los escalones, yo me hice el otario y me quedé parado. Me pasé los quince minutos hablando por gestos con Merceditas, a través de la distancia. Ya sé, flaco: alrededor mío tenía cinco mil tipos convencidos de que yo era un pelotudo. Pero qué querés, si era un primor la piba. Aparte, de vez en cuando, lo relojeaba de costadito al tal Alberto y estaba hecho una furia, no sabés.

En el segundo tiempo nos pegaron un peludo inolvidable, pero estaba por terminar y no nos habían vacunado de nuevo. Yo miraba el reloj cada veinticinco segundos, desesperado porque terminara de una vez por todas el suplicio chino. «Quedáte tranquilo, Nicanor, que están muertos», me tranquilizaban los hermanos. «Ya sé, ya sé», contestaba yo, en una mueca semisonriente, y con ganas de descuartizarlos con una sierra de calar. Yo los veía a los nuestros, al otro lado del océano verde, y el pecho se me hinchaba de orgullo. Seguían cantando e insultándolo a Gatorra en cuatro idiomas, indiferentes a las burlas y al oprobio. ¡Qué no hubiera dado por estar entonces del otro lado! Pero de inmediato giraba hacia mi derecha y la veía a ella, tomadita del brazo del viejo, indefensa, pura, increíblemente hermosa, y me decidía a tolerar unos minutos más.
Pero lo que pasó entonces fue demasiado. Faltaban cinco. Se escapa Gatorra y enfrenta al arquero. Le amaga y lo pasa. Se detiene. La hinchada visitante grita enloquecida. El arquero vuelve sobre sus pasos. El Traidor, con la sangre fría de un cirujano, vuelve a enganchar y el guardameta pasa como una tromba para el otro lado. A mi alrededor deliran. Pero falta. Porque el inmundo ése se da vuelta con las manos en jarra, observa parsimoniosamente a la heroica hinchada del Gallo, y le da a la bola un tacazo disciplicente en dirección al arco vencido. Para terminar de perpetrar su osadía, se acerca al alambrado y empieza a besarse el harapo verdinegro que los turros ésos usan de camiseta.

Uno de los hermanos de Mercedes me estampó tal apretón que casi me arranca el sombrero. Delante mío dos tipos lloraban abrazados. Yo miraba sin po der dar crédito a mis ojos. Enfrente, la hinchada de mis amores en un silencio de sepulcro. Alrededor estos fulanos con una chochera de mil demonios. Y al pie de las gradas Gatorra besuqueándose la casaca con cara de chico bueno y cumplidor. Es el día de hoy que aún recuerdo la sensación de fuego que empezó a subirme desde las tripas, y que terminó casi quemándome la piel de la cara. Y para colmo van los nuestros, primero sueltos, algunos pocos, luego más, por fin todos, dándole al «¡El que no salta, es de Chicago... el que no salta, es de Chicago!», y a mí se me empezó a dar vuelta el estómago como si me estuviesen mirando a mí a través de todo el largo de la cancha; como si ni el sombrero ni el capote ni los lentes oscuros hubiesen bastado para tapar la traición delante de los míos. Supongo que tratando de encontrar fuerzas para seguir corrompiéndome, miré hacia la platea para verla. Allí estaba, como siempre en todo ese año de mi perdición: bella, perfecta, inolvidable. Sonriendo hacia donde yo estaba, quemando el cemento desde su sitio hasta el mío con las chispas de sus ojos incandescentes. Le pedí a Dios que me hiciera nacer de nuevo. Que me cambiara de vida. Que me arrancara para siempre la memoria. Pero algo adentro mío, algo empezó a crecer mientras escuchaba los cantos del otro lado y las burlas de éste, una mezcla de vergüenza y de pudor y de rabia por saber al fin definitivamente que no podía, y que por más que quisiera y lo intentara nunca jamás de los jamases podría cambiar de vereda, aunque la perdiese a ella para siempre, aunque me pasase el resto de la vida lamentándome semejante cuestión de principios, porque tarde o temprano todo iba a saltar, porque un martes u otro les iba a terminar cantando las cuarenta en esa sede de mierda que tienen ellos, o un sábado del año del carajo me iba a pudrir de aplaudir castamente los goles de ellos, y porque aunque no les partiera una botella en la zabiola a todos los hermanos y al tal Alberto, tarde o temprano en la jeta se me iba a notar que no, que nunca jamás en la puta vida voy a ser de Chicago, porque mis viejos me hicieron derecho y no como al turro malparido de Gatorra. Y cuanto más me calentaba conmigo, más me calentaba con él, porque mientras se besaba la camiseta más y más yo sentía que me decía: «Vení, Nicanor, vení conmigo acá al pastito, dale vos también algunos chuponcitos a la camiseta, dale Nicanor, no te hagás rogar, si vos y yo somos iguales, si los dos somos un par de vendidos, yo por la guita y vos por la minita, pero somos iguales; dale Nicanor, qué te cuesta, dale, sacáte el disfraz y vení, que estamos cortados por la misma tijera, pero por lo menos yo no me ando escondiendo».

Cuando tuve a mis hijos me puse nervioso, es cierto. Pero nunca sufrí tanto como esos dos minutos de los festejos del tercer gol de Gatorra en cancha nuestra. Te lo juro. Volví a levantar los ojos. Todo seguía igual. Alrededor mío la hinchada de Chicago comenzaba a apaciguarse: se destrenzaban los abrazos, algunos se sentaban para reponer energías, otros se ajustaban la portátil a la oreja para escuchar los detalles. Enfrente bailaban las banderas rojiblancas. A mi derecha, Mercedes me acunaba en sus ojos. Abajo, el traidor prolongaba un poco más la burla hacia mi gente.
De ahí en más no pude controlarme. Miré por anteúltima vez a la platea e hice un gesto de adiós con la mano. Después me erguí en puntas de pie. Hice bocina con ambas manos. Respiré hondo. Entrecerré los ojos. Y cacareé con todas las fuerzas de mi alma renacida un: ¡¡¡¡¡GATORRA VENDIDO HIJO DE MIL PUTA!!!!! que se escuchó hasta en la Base Marambio.

No tuve ni tiempo de disfrutar la sensación de alivio que me sobrevino apenas lo mandé al carajo, porque en el instante en que me enfrié un poco tomé conciencia del sitio donde estaba: ahí solito con mi alma, en medio de los leones, listo para ser devorado. Cuando miré a las fieras, había por lo menos sesenta pares de ojos clavados en mi pobre persona, y por los cuchicheos se iba corriendo la voz gradas arriba y gradas abajo. «¿Qué dijiste?», me encaró de mal modo el tal Alberto, desde el escalón inferior al mío. Lo miré. A fin de cuentas yo estaba ahí por su culpa: ¿no estaba en ese antro en un intento desesperado por evitar su salida nocturna con Merceditas? El maldito no sólo iba a salir con ella: después de lo de hoy tendría el camino definitivamente libre de obstáculos. Sin pensarlo dos veces le mandé un directo a la mandíbula. El muy zopenco cayó hacia atrás organizando una pequeña avalancha en los tres o cuatro escalones subsiguientes.
Mi vida pendía de un hilo: no sólo acababa de deschavarme delante de cinco mil enemigos. Acababa también de surtirle una linda piña a un socio querido y respetado de la institución. Sin pensarlo dos veces, tomé la decisión que finalmente y pese a todo terminó salvándome la vida. Salí disparado escalones abajo, aprovechando el claro dejado por mi contrincante semidesvanecido. Llegué al alambrado y me prendí con ambas manos como si fueran tenazas. Ya detrás mío distinguía con claridad los primeros «atájenlo que es de la contra», «párenlo que es un vendido», «vení que te reviento la jeta a patadas». Con los mocasines me costó enganchar los pies en los rombos del alambre. Encima no faltaban los comedidos que sin saber muy bien del asunto igual trataban de atajarme por la ropa. Perdí el sombrero de una pedrada. Los anteojos se me cayeron forcejeando con un viejito sin dientes que no me soltaba la pierna derecha. Gracias a Dios, en esa época el alambrado era más bajo. Me pinché hasta el alma cuando llegué a la cúspide. Me arqueé hacia atrás para verla por última vez en mi vida. No fue fácil, pibe. ¿Sabés lo que fue saber que estaba renunciando a ella para siempre?

Para ese entonces ya me tiraban con serpentinas sin desenrollar. Igual me encaramé como pude en el alambrado y, en acto penitencial y al grito de «¡Sí, sí, señores, yo soy del Gallo» obsequié floridos cortes de manga a derecha e izquierda, hasta que me acertaron un cascote en plena frente, perdí el equilibrio y me fui de cabeza. Gracias al cielo, caí del lado de la cancha. Si no, estos tipos me cuelgan ya sabés de dónde.
El resto me lo contaron, porque permanecí inconsciente como cinco días. Mi vieja batió el récord de velas encendidas en la Catedral, pobrecita. Cuando abrí los ojos estaban todos. El Negro, Chuli, Tatito. Me habían cubierto con la bandera del Gallo. Primero pensé que estaba muerto y que me estaban velando; pero los muchachos me convencieron, en medio de mis lágrimas, de que estaba vivito y coleando. «La clavícula, tres costillas y cinco puntos en la zabiola -me decían-, la sacaste rebarata, Nicanor.»
Sí, pibe, como lo escuchás. Yo soy ese tipo del capote verde que se tiró desde la cabecera visitante a la cancha el día de ese clásico espantoso de los tres goles de Gatorra. Sí, capaz que lo hacés ahora y te pegan tres tiros y no contás el cuento. Yo qué sé, eran otros tiempos.

Yo era joven, y aparte no sabés. Si la hubieses visto a Mercedes... Nunca volví a conocer a otra mujer como ella. Pero, bueno, qué le vas a hacer, así es la vida. Igual sufrí como un condenado, no vayas a creer. Los muchachos me decían que no lo tomara así, que minas hay muchas pero Gallo hay uno solo, y todas esas cosas que son verdad, pero, qué querés, a mí esa piba me había pegado muy hondo, sabés. Eh, chiquilín, no te pongás triste. ¿Qué se le va a hacer? Hay cosas que podés hacer y cosas que no.
A ver, dejáme fijarme un poco. Sí, por acá ya se están parando. Me rajo que quedó un caminito. Dale, pibe. Ayudáme a levantarme. No, ya me tengo que ir, dale. ¿No ves que acaba de terminar el partido de reserva? Ya sé que ahora empieza el partido en serio. No flaco, en serio. Tengo que rajarme. No, pibe, ¿qué corazón, ni qué carajo? Del bobo ando hecho un poema.
Pero qué querés. Promesas son promesas. Y si me quedo capaz que no puedo contenerme y falto a mi palabra. El sábado que viene me contás. No, pibe, en serio. Tengo que irme. Permiso, permiso, gracias. Hasta el sábado.

Creéme, pibe. Te digo en serio. ¿Cómo qué promesa, pibe? «Vos juráme que nunca más gritás un gol de Morón contra Chicago. Nunca en la vida. Y yo le digo a papá que le guste o no le guste nos casamos igual.»
¡Chau, pibe! (fin)

Posibles Once

DEPORTIVO MORÓN: Alejandro Migliardi; Sebastian Perez, Cristian Gonzalez, Julian Bogao, David Reano; Daniel Chaves, Gustavo Pinto, Federico Iñiguez, Daniel Ponce, Diego Barrios Suarez y Gustavo Britos. DT. Oscar Blanco

NUEVA CHICAGO: Agustín Gómez; Adrián Scifo, Ariel Coronel, Matías Escudero, Darío Arias; Pablo Ruíz, Roberto Bochi, Rodrigo Pepe, Agustín Domenez; Damián Luna, Leonardo Carboni. DT. Mario Finarolli


Árbitro: Gastón Meineri
Asistentes: Jorge Díaz/ Héctor Blanco
Estadio: Francisco Urbano
Horario: 21.00Hs

Comunicado de Prensa

22 / 02 /2011 INFORMACION PARA SOCIOS
LA COMISION DIRECTIVA DEL CLUB DEPORTIVO MORON, INFORMA:

NUEVAS ACTIVIDADES DEPORTIVAS

FUTSAL:
Esta es la nueva actividad que comenzó a desarrollarse desde mediados del mes de enero y en la cual el Gallo competirá en la Liga oficial de AFA en todas sus categorías, desde primera división hasta promocional.
HANDBALL: Esta nueva actividad permitirá ir incorporando deportistas y docentes, practicando en principio en el gimnasio Rafael Grosso, para en un futuro cercano desarrollarla a pleno en el nuevo Estadio.
Estas se suman a las ya creadas tales como Arquería (en Pontevedra), Patín artístico competitivo, Baby Futbol, Taekwondo y Kick Boxing.

INFRAESTRUCTURA
Nuevos Bancos.: Hoy se estrenan los nuevos y modernos bancos de suplentes, realizados en conjunto con la empresa Rápido Tata.
Sala de Conferencias: Hoy, luego del encuentro con Nueva Chicago, se inaugurará la sala de conferencias, a fin de poder desarrollar la labor periodística post partido en forma ordenada y eficiente.
Vestuarios: Se terminó de colocar los pisos de cerámica tanto en vestuarios como en los accesos a los mismos.
Ampliación y Remodelación del sector Enfermería: Se esta terminando la sala de Kinesiología, dotada de importantes equipos de electromedicina, la misma se conforma con la ampliación de la sala de Enfermería.
Temporada de Pileta: Desde el 8 de enero pasado se viene desarrollando con mucha concurrencia la temporada de pileta en el predio de Pontevedra. La misma seguirá hasta fines de febrero con la posibilidad de continuarla al menos quince días más.
* SITUACION ECONÓMICO – FINANCIERA:
A la fecha, se encuentran al cobro distintas pautas publicitarias, cuyo monto asciende a
$ 620.000.-, las que se estarían cobrando a la brevedad.
Deudas: Respecto de los compromisos a pagar, se encuentra el siguiente detalle: Plantel Profesional: Se adeudan los sueldos correspondientes a diciembre y enero y el S.A.C. Personal administrativo y de maestranza.: se adeuda el mes de enero .
Estas deudas quedarian saldadas, con los ingresos previstos, e indicados precedentemente.

PABLO SALVO, Secretario JORGE RUIZ, Presidente

El Gallo y el Torito


Deportivo Morón y Nueva Chicago, entre la B Nacional y la Primera B, se vieron las caras en 80 oportunidades: El Gallo ganó en 24 ocasiones con 105 goles. Chicago lo hizo en 23 con 103 goles y los restantes 33 fueron empate.


Día Torneo Local Resultado Visitante
30-08-2008 Temporada 2008/09 Nueva Chicago 0-0 Deportivo Morón
24-02-2009 Temporada 2008/09 Deportivo Morón 0-1 Nueva Chicago
22-08-2009 Temporada 2009/2010 Nueva Chicago 1-0 Deportivo Morón
24-01-2010 Temporada 2009/2010 Deportivo Morón 4-0 Nueva Chicago
21-08-2010 Temporada 2010/2011 Nueva Chicago 0-0 Deportivo Morón

Los gallitos pasados por agua


La lluvia del fin de semana portergó la fecha del baby de este fin de semana. En donde el gallito recibia como local a los chicos de San Jose “B”. Esta fecha se va a jugar el fin de semana del 7 de marzo (ya que es feriado nacional).

Con respecto a lo que viene, los pibes de Moron visitan este sebado 26 a Union de Laferrere por la 6ta. Fecha de este campeonato de verano.

EL PODIO AL DÍA



Tal vez el horno no esté para podios, pero ya es un clásico del Espolón del Gallo presentar luego de cada partido y en cada emisión, el "Podio del Espolón", y por supuesto, las posiciones que fecha a fecha se va conformando con los tres mejores jugadores del "gallo" de cada partido. "Chiche" Migliardi con 6 puntos lidera la tabla de esta segunda parte del campeonato, seguido por el "dani" Ponce -con 5 puntos- que hoy vuelve a ser de la partida y bien pegadito viene el "paraguayo" Diego Barrios Suárez, con 4 puntos.

Podio vs Estudiantes (26ª fecha):

Oro:A. Migliardi: 3 pts.
Plata:.D. B. Suárez: 2 pts.
Bronce: F. Iñiguez: 1 punto.


POSICIONES DEL PODIO:

A. MIGLIARDI: 6 PTS

S. D. PONCE: 5 PTS

D.B. SUAREZ: 4 PTS

H. BRUNO: 1 PTO

R. ACOSTA: 1 PTO

F. IÑIGUEZ: 1 PTS


Martin Capaccio.

EMISIONES.

HOY MARTES 22 DE FEBRERO,EN EL FRANCISCO URBANO DEP.MORON VS.NVA.CHICAGO,21 HS.DESDE 21,50 EMISIÓN DE "PRUEBA" POR WWW.MATANZARADIONET.COM.AR.EL JUEVES 24 POR AM 810 "LA GAUCHITA" -DÍA ESPECIAL-(DE 21 A 23HS.) CON TODO LO QUE PASÓ EN EL CLÁSICO,LO QUE ESTÁ OCURRIENDO EN EL CLUB Y LO QUE VIENE ANTE COMUNICACIONES.EL SÁBADO 26 PARA VER Y ESCUCHAR EN "VIVO Y EN DIRECTO" DESDE AGRONOMÍA:COMU VS.DEP.MORÓN DESDE 16,45HS.POR MATANZA RADIO NET.ES DECIR DÍA POR MEDIO CON TRASMISION Y POR SUPUESTO EN TODO MOMENTO EN ESTE BLOG,ACTUALIZANDO LA INFO.EL LUNES 28 CULMINAMOS EL MES DE FEBRERO CON LA EMISIÓN HABITUAL RADIAL DEL ESPOLÓN DEL GALLO.
PARA MAÑANA ANTE "EL TORO DE MATADEROS","EL GALLO DE MORÓN" SALE CON:MIGLIARDI;PÉREZ,GONZÁLEZ,BOGAO,REANO;IÑÍGUEZ,PINTO,CHÁVES,PONCE;BARRIOS SUÁREZ Y BRITO.CUANDO A PRIMERA HORA DE LA MAÑANA HABRAS EL MATUTINO DIARIO CRÓNICA LEERÁS LA MISMA ALINEACIÓN,QUE GANEMOS!!!
COMO ANTICIPAMOS EL VIERNES PRÓXIMO PASADO HOY COBRÓ EL PLANTEL EL 50% RESTANTE DEL MES DE NOVIEMBRE.
POR RAÚL LUCERO.

lunes, 21 de febrero de 2011

EL BAJÓN PUEDE SER ANÍMICO



Frente al ómnibus al que iban subiendo uno a uno los jugadores del Deportivo Morón se detuvo el cordobés de Inriville, Juan Pablo Rocchi, con ánimo de intercambiar sus primeras sensaciones luego del partido frente a Estudiantes. El defensor, que ha sido muchas veces utilizado como volante por izquierda, trataba de explicar la derrota en Caseros: “Por momentos fuimos superados aunque en otros pasajes del partido equiparamos las acciones. Luego ellos hicieron el gol, nosotros tuvimos un par de chances para concretar, no lo pudimos hacer, y luego del segundo gol, fue otro partido”. No es fácil enfrentar los micrófonos luego de un derrota tan dura, en medio del clima tenso que reina hoy por hoy en el Deportivo Morón, y ponerse a pensar en las causales de una nueva tarde gris. No obstante, Juan Pablo lo hizo, y elogió al rival: “Estudiantes es un equipo que no te regala nada, ordenadito, con buenos jugadores de mitad de cancha para arriba, por eso está tan bien ubicado en el tabla. Nosotros tenemos que corregir los errores para el futuro”. Antes de despedirse, y sin intención de eludir la respuesta, sino todo lo contrario, dejó un concepto acerca de cuáles o cuál puede ser alguna de las causales del mal momento de su equipo: “El bajón de Morón puede ser anímico, ya que cuando no se te dan los resultados, es posible que eso pase.”. Luego se retiró, caviloso, quizás tratando de enhebrar la manera de recuperar primero al grupo, y después también el fútbol.

Martin Capaccio.

domingo, 20 de febrero de 2011

LA VISIÓN DE RODRIGO ACOSTA



Antes de emprender el viaje de vuelta a su casa, Rodrigo Acosta se paró para dialogar con el Espolón el Gallo. Si bien destacó el justo triunfo del rival, no estuvo tan convencido acerca de lo abultado de la chapa final: “Fueron superiores. No me pareció que era para un 3 a 0 sino que ellos golpearon en los momentos justos. En el primer gol nos agarraron mal parados, en el segundo gol tuvimos mala suerte y el tercer gol lleva porque Morón ya estaba jugado en ataque en busca del descuento. También ellos manejaron muy bien nuestra desesperación. Fueron más vivos que nosotros”. No es desacertado el análisis que hizo el marcador de punta nacido en Glew, Estudiantes pegó en los momentos justos, la cuestión es que Morón casi no tuvo de esos momentos. Al ex Lanús y Temperley no le pareció que haya habido diferencias en el carácter ni en la presencia física: “Para mí la diferencia no estuvo para nada en lo físico. Jugaron mejor durante algunos pasajes del partido y aprovecharon a la perfección esos momentos en que fueron superiores. No me parece que hayamos sido superados en el aspecto físico. Una vez que se abrió el partido, ellos hicieron un buen manejo de la pelota”. Más allá de que no se puede hablar de lo imposible, quedó flotando la pregunta de si algo pudo haber cambiado de haber entrado el balón que el “paraguayo” estrelló en el poste, cuando el “gallo” estaba sólo un gol debajo del “pincha”: “Si el remate de Barrios Suárez que pegó en el palo entraba yo creo que cambiaba el partido, porque encima, justo después vino esa jugada desgraciada que se convirtió en el segundo gol de ellos. Seguramente de haber entrado el empate, el partido cambiaba automáticamente”. Es cierto que no se puede cambiar el pasado, pero hubo una gran jugada individual de Rodrigo en la que, luego de eludir a 3 o 4 rivales, quedó mano a mano frente al arquero: “No sé qué me faltó en esa jugada. No sé que decir, porque si sabría que faltó lo hubiera hecho. Le pegué y el arquero la sacó con el antebrazo. Tal vez tendría que haber hecho un amague más, pero ahora ya es tarde”.

Martin Capaccio.

sábado, 19 de febrero de 2011

APROVECHAR EL CLÁSICO



Acostumbrándose a pelear en la soledad en la que lo deja su equipo, con esas ínfulas guaraníes que lo forjaron, Diego Alfonso Barrios Suárez, un oasis en el arenoso terreno futbolístico que hoy invade a Morón, nos decía acerca de la derrota frente a Estudiantes: “Tratamos de hacer bien las cosas pero nos encontramos con un rival más inteligente y que jugó un buen partido, que se paró muy bien en todas sus líneas y tal vez, aunque me cueste decirlo, haya sido un merecido ganador”. Seguidamente, dejó sus sensaciones bien marcadas: “La bronca es mucha porque perder así 3 a 0 es una amargura, aunque hay que estar serenos, y revertir esto porque tenemos que salir sí o sí”, e intentó explicar las causas del bajo rendimiento de su equipo: “Nos metimos mucho atrás, sabíamos que jugaban bien por los costados y no tomamos lo recaudos necesarios porque dos de los 3 goles vinieron por ahí. Hay que estar tranquilos y tratar de trabajar lo mejor posible esta semana porque se viene el clásico”. Tuvo tiempo también para tratar de ensayar una explicación, un motivo y/o una solución para el actual momento del “gallo”: “No sé si es correcto atribuirle a la mala suerte esta racha sin triunfos que arrancó este año, sino que hay que mejorar un poco más, dejar un cachito más en cada jugada para poder lograr lo que anhelamos que es volver al triunfo” aunque no quiso meterse –tal vez acertadamente- a escarbar en caliente: “El mal momento es una sumatoria de muchas cosas. Esto es largo y hay que aprovechar la semana que viene el clásico para salir adelante”. Que así sea goleador, ud. es uno de los que más lo merece.

Martin Capaccio.

viernes, 18 de febrero de 2011

COMODIDADES EN EL CLASICO


A partir del próximo partido frente a chicago, en adelante, el estadio Francisco Urbano contara con nuevos bancos de suplentes, comodísimos y de primera calidad. Llevan el escudo del club bordado en el centro del respaldo acompañado por el sponsor “Rápido Tata”, el cual es el encargado de trasladar al plantel del Deportivo Morón. Lo novedoso es que los bancos volverán a su viejo y tradicional lugar, es decir delante de la platea.

Con el correr de la semana.

El lunes 14 de febrero en el programa el Espolón del Gallo, el público se expresó por todos los medios que tiene a su alcance, teléfonos, celulares y vía e-mail. Hasta un socio e hincha, de nombre Marcelo, se presentó en el piso y habló de la actualidad de Morón. Sobre todo lo expresado,nuestro equipo deportivo concordó con algunas opiniones, por ejemplo, con la pobre actualidad del equipo y con otras mostró su disconformidad, ya que no se puede destruir a la institución por el solo hecho de estar en contra.
Además se informó sobre otras actividades: handball,básquet, futsal, patín, fútbol de inferiores y baby fútbol. En la misma emisión se confirmó que Morón recibirá en el clásico a Nueva chicago el martes 22 de febrero a las 21, cotejo que será televisado por TyC Sports, por una decisión de la comisión directiva no se cobrará el día del club.
El martes 15 de febrero los jugadores del plantel de primera división de Morón que no fueron titulares en la derrota ante Estudiantes de Caseros, jugaron un amistoso ante los suplentes de Tigre en el Hindú Club de Don Torcuato, los de Victoria ganaron 4-0, Telechea (2), Altobelli y Rodales.
Ese mismo día los dirigentes hablaron con el comisario de Morón, para que se autorice al Gallo a jugar los días viernes, sábado y domingo, que hasta ahora estaban restringidos para el Gallo. El árbitro para el clásico Morón-Chicago, será Gastón Andrés Meineri (15-05-74).
El miércoles utilizando la mitad del campo de juego del Ateneo de Padua, se mezclaron en un partido de entrenamiento titulares y suplentes, el resultado fue un insólito 4-4.
El jueves el arquero de Morón, el experimentado y mesurado "Chiche" Migliardi fue quien medió entre dirigentes y jugadores, para arreglar la deuda contractual existente. Esa noche la dirigencia salió a hablar, fue a través del vicepresidente de Morón, Fabián Kaplán, que por AM 950, le comentó al colega Daniel Baretto, que la dirigencia no tiene deseos de hacer público el tema de pago con los jugadores, pero aseguró que el fin de semana recolectarán el dinero, a más tardar el lunes, pagarán la segunda parte de lo adeudado del mes de noviembre y aclaró que el problema es financiero y no económico. La deuda con el plantel asciende a 530 mil pesos, pero a Morón le deben por pautas publicitarias 670 mil pesos.
Hoy viernes nuestro colega Guillermo Forner, nos adelantaba que serían cinco los cambios en el primer equipo para enfrentar a Chicago, en defensa el "Monito" Pérez y Bogao -que haría su debut- ingresarían por Báez y Reano; en el mediocampo, Chávez entraría por Bruno, aunque la duda también está en un sector derecho, donde podrían ir Escudero, Iñiguez o Chacón, por la izquierda volvería Ponce por Rochi y arriba el acompañante del paraguayo Barrios Suárez sería Ada en lugar de Conochiari.
El fin de semana si la lluvia lo permite, el equipo practicará en el "Francisco Urbano".
Nosotros cederemos nuestro espacio radial del lunes a la transmisión de San Lorenzo de Almagro, pero el jueves 24 de febrero de 21 a 23 nos podés escuchar en "La Gauchita", AM 810.

Los Gallos de San Martín de los Andes


De viaje por San Martin de los Andes, el productor se topó, el primer día en la Ciudad con Matías y Verónica, ambos hinchas del Gallo!!!! El Gallo es Nacional!!!!

jueves, 17 de febrero de 2011

LA FE DE CACHÍN



Foto: Gentileza Osvaldo Abades (h)

Había pasado ya un buen rato de la derrota más estruendosa en la era “chachín” Blanco. Al D.T. se lo vio algo preocupado, aunque sin perder la compostura ni el respeto, jamás. Debe ser difícil salir a responder luego de haber sufrido semejante cachetazo, como si le alcanzaran una espada desafilada, inútil, para defenderse ante grabadores que lo acechaban en busca de una explicación que tal vez no tuviera. No obstante, el experimentado entrenador abrió el juego de una manera esperable, casi tranquilizadora: “El rival jugó bien. Nosotros cometimos algunas fallas aunque hay que tener en cuenta que se dio un partido raro”. Digo casi porque luego, su definición de “raro” fue menos convincente: “Tuvimos mala suerte: por un lado la falla que tuvimos en el segundo gol de ellos, en un tiro libre sin peligro de 35/40 metros que termina siendo gol, y por otra parte, tuvimos el empate cuando el paraguayo estrelló la pelota en el palo”. No es que Oscar Blanco haya dicho algo que no sucedió, sino que atribuir ello a la mala suerte, es sólo una manera de ver las cosas. Para concluir la idea, estuvo de acuerdo en que el triunfo de Estudiantes fue justo: “El rival jugó bien pero tuvo también esa suerte que hay que tener para ganar los partidos”. Luego se refirió estrictamente a su equipo, al que no vio lento ni falto de estado físico, sino que: “Nosotros estuvimos un poco imprecisos sobretodo en los rechazos, ellos nos presionaron y nosotros no rechazamos fuerte. En cambio, cada rechazo de los dos centrales de ellos era con firmeza. Esta es una división difícil, lo hablaremos con los jugadores pero tenemos toda la fe de revertir esto”. Imaginamos que lo que hay que revertir, no será únicamente la virulencia con la que hay hacer los despejes, que no es un detalle menor, pero la alarmante carencia de ideas, de funcionamiento colectivo, también llamó la atención. Fue ahí cuando el D.T. hizo cuentas y las mostró, para no sentirse tan desamparado: “Veníamos de hacer 8 de los últimos 12 puntos, y justamente cuando tenemos un clásico lo perdemos. La semana que viene tenemos otro, y hay que ganarlo, así que tenemos que hablar durante la semana entre nosotros, hablar mucho y ganar el clásico ”. Hay que reconocer que el tipo estuvo astuto, porque nadie puede objetarle que no venía en una mala racha en cuanto a resultados. Fue entonces cuando vio que se había sacado la marca pegajosa, que remató para los incrédulos y amantes de las declaraciones fuertes: “No es la primera vez que como D.T. pierdo 3 a 0. Estando en Banfield, perdì una vez con Arsenal y a la otra semana me tocó enfrentar a Chicago… y le ganamos 3 a 0. Por lo que tengo fe”. Está bien “cachín”, cómo no te vas a tener fe. A pesar del mal momento, muchos hinchas también la tienen. Ojalá el equipo no les falle.

Martin Capaccio.

miércoles, 16 de febrero de 2011

El primer puesto tiene dueño y el resto juega por el octogonal

Esto fue lo que pasó en la 25º fecha...

Tristán Suárez 2 - San Telmo 0
Colegiales 0 - B. Central 1
Acassuso 4 - Temperley 1
Defensores 0 - Armenio 0
Flandria 2 - Almagro 0
Comunicaciones 3 - V. San Carlos 1
N. Chicago 0 - Italiano 0
Sarmiento 2 - Brown (A) 0
Los Andes 3 - Platense 1
Español 0 - Atlanta 2
Estudiantes 3 - Dep. Morón 0

Posiciones
1_Atlanta 56 Pts.
2_Estudiantes 46
3_N. Chicago 44
4_Defensores 40
5_Comunicaciones 40
6_Brown (A) 37
7_Temperley 36
8_B. Central 35
9_Dep. Morón 35

Promedios
San Telmo 1,142 - 120 pts.
Flandria 1,123 - 118
Español 1,038 - 109
Armenio 1,038 - 109

...y esto es lo que va a pasar en la 26º!!

Sábado 17 hs.
V. San Carlos - Tristán Suárez (Arb. Angel Bracco)
Italiano - Comunicaciones (Arb. Ramiro López)
B. Central - Estudiantes (Arb. Germán Bermúdez)
Platense - Colegiales (Arb. Julio Barraza)
Temperley - Los Andes (Arb. Eduardo Gutiérrez)
Armenio - Acassuso (Arb. Carlos Stocklas)
Almagro - Defensores (Arb. Yamil Possi)
Brown (A) - Flandria (Arb. Lucas Di Bastiano)
Atlanta - Sarmiento (Arb. Gonzalo López Aldazábal)

Lunes 17 hs.
San Telmo - Español (Arb. Héctor Paleta)

Martes 21 hs. x TV
Dep. Morón - N. Chicago (Gastón Meineri)


Reprtó: Mariano Puppo

martes, 15 de febrero de 2011

JUGADOR X JUGADOR: 25ª FECHA




El partido en Caseros se pareció a un naufragio. Aturdido, sin saber qué hacer ni cómo, el agua iba tapando poco a poco la débil oposición que ofrecía el equipo. Probablemente no haya sido el peor partido del "gallo", pero la mala noticia es que seguramente haya sido una de las mejores performances de su rival de turno. Aquí publicamos, el habitual uno por uno de lo que dejaron el domingo por la tarde, los 12 tripulantes de la formación que presentó "cachín" Blanco en la batalla naval perdida en Caseros. Ojalá vengan vientos de cambio y la tripulación se, y le regale un triunfo a todos los hinchas, ante el "torito" de Mataderos

A. MIGLIARDI: El que siempre se esmera, se esfuerza, hace todo lo posible porque a su equipo no le conviertan. A Morón le hicieron 3 goles, y el arquero tuvo una buena actuación salvando tres situaciones claritas de gol, fue uno de los mejores. Y bueno, todavía “chiche” no puede hacer lo imposible.
R. ACOSTA: Flojo en defensa, se vio superado por su andarivel. Tal vez le sirva como atenuante que no tuvo un volante fijo por su punta que lo ayudara. Intentó con poca suerte en ataque, aunque tuvo una jugada individual en la que luego de apilar por lo menos a 3 rivales, quedó mano a mano con el arquero rival y luego remató al bulto. Si hubiera definido mejor, hubiera sido un golazo.
C. GONZÁLEZ: Padeció la mala tarde junto al equipo. Debe recuperar el vigor que lo catapultó como uno de los valores más importantes que rápidamente se asentaron en primera. Tuvo un cabezazo de empate, pero estaba con la testa en otra parte.
G. BAÉZ: Lamentablemente no está en un buen momento. En alguna parte del campeonato, pareció ser la voz de mando de la defensa, una especie de capitán anímico que todo equipo necesita. Quedó marcado por el conflicto de la pretemporada y la gente le perdió la fe. Debe recuperar la credibilidad. Ojalá así sea.
D. REANO: Lo desbordaron tanto como al otro lateral. No tuvo firmeza en la marca. Se sumó un par de veces en ataque, pero tibiamente. Tiene buen pie, pero está en un bajón.
F. IÑIGUEZ: Tenía la difícil tarea de ser el conductor de este barco sin timón ni timonel que fue el “gallo” el otro día. Hizo lo que pudo, como los músicos del Titanic que seguían tocando mientras se hundían junto al crucero.
H. BRUNO: La llegada de Pinto lo destiñó. En vez de mejorarlo, lo confundió. No supo si ubicarse en la mitad de cancha o cubrir los inmensos huecos que dejaba en el sector derecho el desprendimiento de Iñiguez. Tal vez sienta que le ocuparon el lugar, y anda merodeando la zona, errabundo, sin saber para dónde ir. El equipo extraña a su bombero del mediocampo.
G. PINTO: Más que doble cinco fue “menos” cinco, porque ocupó el lugar del “gringo” pero sin su movilidad, y el de Iñiguez, sin su gambeta, toque y rápido desmarque para ir a buscar. Le sobra experiencia, es hora de que la empieza a usar.
J.P. ROCCHI: Ocupó la zona media de la línea de volantes. No se equivocó en sus movimientos y entradas, pero tampoco tuvo ninguna intervención decisiva, ni en ataque ni en defensa.
D. BARRIOS SUAREZ: Junto a “chiche” Migliardi, en medio del naufragio de Morón y con balde en mano, sacaban toda el agua que podían del barco. Resultó imposible, aunque cuando el partido estaba nada más que 0-1 abajo, luego de sacarse un hombre de encima y quedar mano a mano con el arquero, le hizo una caricia a la pelota que caprichosa, fue a dar contra el palo y luego volvió al campo de juego.
M. CONOCCHIARI: Corre todos los balones, pero casi no llega a ninguno. A su favor se puede decir que casi no le llega una pelota clara. La realidad es que a esta altura, los delanteros de Morón tendrán que ir sabiendo que deberán ser autosuficientes o de lo contrario, no verán nunca más el rostro de los arqueros rivales.
G. ADA: El vocablo “Hada” viene del latín, y significa hado o destino. Sin dudas, el destino del partido ya estaba marcado hacía rato cuando Gastón ingresó. Enredado entre sus propias alas, tal vez intentó, pero no pudo nunca asociarse con sus compañeros.

Martin Capaccio.

domingo, 13 de febrero de 2011

DESAPROBADO



Morón cayó derrotado por 3 a 0 frente a Estudiantes en Caseros. Fue superado futbolística y físicamente por un rival que tiene bien estudiado su libreto. El “gallo” improvisa, y depende de uno o dos jugadores que hagan todo el repertorio.

Si a Morón le quedaban algunas materias pendientes del año pasado, parece que se las sigue llevando previas. Al menos, al final del partido, su D.T. reconoció que el objetivo es el reducido. Entonces, hay tiempo para mejorar, el examen final, integrador, es a mitad de año. El tema es que mientras tanto no hay muestras de mejoría. Esta tarde el “gallo” salió algo distendido, como a ver qué pasaba. Y lo que pasaba era que el “pincha” venía afiladito-si bien hacía 5 fechas que no ganaba, viene teniendo un buen campeonato-, y no sólo insinuaba más que su rival, sino que desbordaba por las puntas, buscando a sus dos referentes de ataque instalados en el área bien defendida por Migliardi. Morón no tenía ideas. Intentaba asegurar el balón cuando lo tenía, pero pasando mitad de cancha carecía de libreto y dependía demasiado de lo que pudiera hacer el bueno de Barrios Suárez. “Chiche” salvó su arco en uno de esos desbordes y su equipo contestó con algún remate de media distancia, de esos que se hacen en fútbol 5, cuando se pasa la mitad de cancha y se prueba al arco, más por ser la única opción que por elección, no por convicción, sino porque no hay a quién pasársela, y la pelota empieza a incomodar un poco. En eso estaban, Estudiantes mostrando que tenía recursos para encontrar su primer grito, Morón tratando de emparejar las acciones, cuando una pelota a espaldas de la defensa del “gallo” permitió que ingresara Bustos para dejar sin chance al arquero del oeste. González tuvo el empate de una pelota parada cuando cabeceó sin marca pero lo hizo sin fuerza ni dirección, y prácticamente se la alcanzó a Martín Ríos. Y así se fue la primera parte, con un equipo de “cachín” que no estaba estático, iba hacia delante como podía, en la medida que su adversario no se ponía firme aunque ahí se diluía, balbuceaba casi en voz baja el poco fútbol que le podía dar Iñiguez. El complemento empezó como terminó el PT, con un Estudiantes enjundioso resuelto a demostrar lo que sabía, a refrendar sus páginas bien aprendidas, yendo al frente, dando una buena lección. Migliardi sostenía la esperanza del empate. En el entrevero de las salvadas de “chiche”, Iñiguez se escapó y habilitó al “paraguayo”, que luego de sacarse de encima a su marca definió con elegancia, pero la pelota dio en el poste. Hubiera sido injusto, pero a quién le importaba! Un tiro libre recto y de una distancia considerable -pasados los primeros quince del ST- desnudó la desconcentración del “gallito” e hizo gritar por segunda vez a los de Caseros. La pizarra estaba más de acuerdo con lo que había sido el trámite del partido. Morón nunca fue el dominador del partido, a lo sumo lo emparejó en alguna parte del primer capítulo, pero nunca le alcanzaba para sacar diferencias. Y no sólo que nunca lo dominó, tal vez un punto importante a mejorar, es que nunca se sintió con el espíritu para hacerlo. Para colmo al ratito cayó el tercer gol de los locales y la brecha se hizo inalcanzable. No obstante el “gallo” intentó generar alguna ocasión de gol que no pudo cristalizar. La derrota estaba plasmada, pero no por la aparición del tercer gol, sino mucho antes. El partido denotó la falta de preparación del equipo dirigido por Blanco, sus jugadores llegaban con lo justo a las jugadas, la defensa pocas veces pudo anticipar a los delanteros cuando el resultado todavía era modificable. El mediocampo no tuvo cohesión, ni fue compacto, ni ordenado. Los de arriba sufrieron tanto como los que estábamos afuera. Morón no tiene brújula, juega sin GPS en una época moderna, y da la sensación que va a rendir los exámenes sin siquiera preparar un tema, con lo que dio el profesor en clase, y no sabe ni machetearse. Así se hace muy difícil aprobar. Su D.T. deberá cambiar el método, y tiene con qué. Un 3 a 0 en contra suena feo, tres gritos en contra es mucho ruido. Pero no nos olvidemos, que lo importante, son las nueces.


ESTUDIANTES 3 vs DEP. MORON 0

FORMACIONES
Estudiantes (3): 1. Martín Ríos; 4. Daniel Gojmerac, 2. Sebastián Ferreira, 6. Nicolás Gásperi, 3. Facundo Bazán; 8. Nahuel Pansardi (16. Diego Martinez), 5. Emmanuel Giménez, 11. Cristian Bustos (18. Pablo Solchaga); 10. Germán Scamporrino; 7. Cristian Yassogna (15. Luis Soria), 9. Lucio Ceresetto.
DT. Salvador Pasini.
Suplentes: Julio Salvá, Orlando Castaño, Federico Gásperi y Luciano Cipriani.


Dep. Morón (0): 1. Alejandro Migliardi; 4. Rodrigo Acosta, 2. Cristian González, 6. Guillermo Baez, 3. David Reano; 8. Federico Iñiguez, 5. Hernàn Bruno, 7.Gustavo Pinto, 10. Juan Pablo Rocchi (18. Gastón Ada); 9. Diego Barrios Suárez, 11. Mauro Conocchiari.
DT. Oscar Blanco.
Suplentes: Diego Ezquerra, Sebastián Pérez, Hernán Lillo, Daniel Chavez, Javier Sanguinetti y Carlos Escudero.


Amonestados: Mauro Conocchiari (DM); Niclás Gásperi (E).

Expulsados: no hubo.

Arbitro: Carlos Stoklas.

Público: 2.000 personas aproximadamente.

Estadio: Ciudad de Caseros.

Campo de Juego: Muy Bueno.

Martin Capaccio.