viernes, 18 de junio de 2010

EL ESPOLON EN SUDAFRICA V

Fugacidades


En una habitación de la casa de mi amigo Bamboche, está el mural con más sentimiento que vi en mi vida. Desprolijo y con fotos recortadas a mano, todas desflecadas y elegidas por su hermano Marian, todavía está colgado en una pared. Así y todo, si yo sobrevivo a ese muchacho, quisiera ser heredero de semejante obra de arte. Lo evoco porque tiene escrita una frase de Eduardo Sacheri que dice algo así como “nunca la vida pasa tan rápido como cuando vas perdiendo uno a cero”. Pienso un segundo y me robo el concepto. Créanme que el tiempo jamás de los jamases pasa con tanta prisa como cuando a uno va a un mundial. Ya se nos fueron dos. Mientras uno está en la cancha vuelan los minutos. Hay dos plasmas gigantes, uno en cada cabecera y ahí pasan el partido en vivo (repiten el gol solo una vez), con tiempo incluido, y es imposible no mirar el reloj, y van quince, y enseguida treinta, y ya faltan quince y te pone contento que todavía queda el segundo tiempo y de repente la voz del estadio dice que hay dos de descuento.
Nos queda Grecia y cuando ese día el árbitro pite el minuto final, ya estaremos tambièn con ganas de mirar lo que sigue por tele, como dijo mi amigo Chori, con las facturas, los mates y la patrona preguntando qué es el offside o por qué el arquero elige un palo antes de que el jugador tire el penal. Y será un placer estar otra vez en el pueblo abrazado con el Chimi y con tanta gente querida, soñando con repetir la hazaña del 86. Otro placer enorme será esperar un asado para compartir vivencias con el maestro Raúl Lucero, que vio en vivo y en directo el día a día de semejante epopeya en tierra mexicana, con gol de Diego a los ingleses incluido.
Lo de hoy fue tremendo, no sé qué llegará a la Argentina, tampoco si estamos jugando contra equipos realmente de temer, pero estamos viendo a un Messi maradoniano. Más allá de la burrada que se mandó Demichelis, el equipo va apareciendo, por lo menos de mitad de cancha hacia adelante, va a estar bueno volver a las polémicas y a las charlas de bar dentro de poquito. En los estadios en general, la onda de la gente asombra, ni una sola pelea o discusión. La organización de la entrada y la salida es rapidísima. Al final de los partidos hay extranjeros que te piden cambiar la camiseta o que te regalan la bandera de su país, y otros con carteles que dicen “Por favor, colecciono entradas usadas, deme la suya”. Está buenísimo ver que los Bafana Bafana simpatizan mucho con la Argentina y está lleno de sudafricanos con nuestros colores.

17 de junio de 2010 – Argentina vs. Corea del Sur Hay mucho movimiento de barras, hoy a la salida desfilaba por las calles, con bombos y banderas, las hinchadas de Independiente, junto con gente de Almirante Brown. En el aeropuerto vi camisetas de El Gallo pero en la cancha, por más que los busqué, no pude dar con ellos, pero que están, están, como también este humilde cronista.
Abundan los vendedores ambulantes africanos, ofreciendo banderas, remeras, sombreros y vuvuzelas, todo de Argentina. Me pregunto ¿quién se las habrá vendido a ellos? Algo gracioso es que venden la corneta y además unas orejeras para proteger los oídos de tanto chillerío.
La previa de los partidos está increíble, se crea un clima hermoso y todo el mundo anda con pintura, decorándose la cara y ofreciéndole a quien guste, sin ningún interés, darse una manito de blanco y celeste.
El Red One ya tomó por costumbre fotografiarse con señoritas hinchas del equipo contrario. Pero anda medio extraviado, el partido pasado, con Nigeria, se fotografió con una rubia de camiseta verde que más que nigeriana, parecía irlandesa. Hoy sí se ubicó un poco y se agarró a una coreana bastante linda como para aumentar su colección. Quedamos bastante tostados al final del partido, porque nos dio el sol toda la tarde. Nos tocó en la tribuna que ve de frente el banco de suplentes, estábamos en la parte baja, más o menos a la mitad vertical y horizontalmente.
Amigos del Gallo, esto es todo por hoy pero habrá más reportes para el Espolón en Sudáfrica. Abrazos!

Gerardo César Augusto Simonet -corresponsal del Espolon del Gallo en Sudáfrica-

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