lunes, 17 de enero de 2011

Entrevista de La Nación a un ex Morón: Juan Mercier


"Hice dedo para ir a entrenar a Flandria"
El camino que recorrió Juan Mercier, el ladero de Néstor Ortigoza; está en la mira de varios equipos y disfruta de su mejor momento

Por Alejandro Casar González
Enviado especial
MAR DEL PLATA.- Por más que lo intenta, Juan Mercier no puede superar una molesta gripe que lo aqueja. La congestión se le nota con claridad en la voz, pero el calvo futbolista de Argentinos trata de sobreponerse, gracias a la ayuda de un algodón. Lleva el gen del sacrificio incorporado: luego de deambular por el fútbol de ascenso y vivir al día, tuvo un tardío debut en primera (a los 27 años, de la mano de Ricardo Caruso Lombardi y en el club de La Paternal). Por eso, Mercier mira en el espejo retrovisor de su vida y, en el mejor momento de su carrera, cuando su nombre figura en todas las listas de los equipos que quieren reforzar su medio campo, asegura: "Todo esto vale doble por el sacrificio, por no bajar los brazos y por saber lo bueno y lo malo que pasé en el ascenso".
-¿Qué recordás de esos primeros años como profesional, antes de llegar a Argentinos?
-Me acuerdo de cuando viajaba a Jauregui. Hice dedo para ir a entrenarme a Flandria. O cuando en Morón un día llegué a mi casa de entrenar y tenía cambiada la cerradura de la puerta porque había una deuda con el alquiler. O cuando llegué a Tristán Suárez y conocí las cuatro comidas, porque ahí se cobraba del 1 al 10. O cuando llegué a Platense y tuve la suerte de ascender a la B Nacional, mostrarme y después Caruso, a los 27 años, me llevó a Argentinos.
-Después de todo eso, ¿qué significa saber que te quieren equipos importantes de acá y de afuera?
-Significa mucho. Más a los 30 años. Y no sólo que te quiera Racing, sino que te vengan a buscar de la U de Chile, de Boca por segunda vez. Que ahora se haya dicho de Lanús. Eso significa que uno, con los años, ha madurado mucho y ha hecho las cosas muy bien. Me pone muy orgulloso que me busquen muchos equipos y que el apellido Mercier esté por todos lados.
-¿Sentís que el salto es ahora o nunca?
-Por mi edad, la realidad es que el momento justo para dar el salto es ahora. Si no, después, no lo voy a poder hacer nunca más.
-¿Cuesta tener la cabeza fría?
-Soy una persona muy tranquila. Me siento muy tranquilo. Tengo el respaldo de Czysterszpiller [Jorge, su representante] y espero su llamada.
Junto a Néstor Ortigoza, Mercier construyó una dupla de mediocampistas que jugó e hizo jugar al Argentinos campeón con Claudio Borghi. Hablar de Ortigoza y Mercier es hablar de una dupla que hizo y hace historia, a la manera de Juan Sebastián Verón y Rodrigo Braña en Estudiantes. "Jugar con Ortigoza es divertirse", dice Mercier. Y agrega: "Es jugar tranquilo. Es hacerlo relajado, sabiendo que cuando no está uno, está el otro".
-¿De dónde nace la complicidad entre ambos?
-Es una relación que se hizo con el tiempo, cuando yo llegué a Argentinos. Es una relación muy linda, de compañeros, de amigos, en la que nos manejamos igual tanto dentro como fuera de la cancha. Nos juntamos en familia a comer. Eso es lo lindo que tiene el fútbol.
Esa sociedad futbolística con Ortigoza catapultó a Mercier a la selección nacional. Cumplió el sueño de haber sido dirigido por Diego Maradona, el polémico conductor del ciclo anterior, y lo cuenta en primera persona: "Fue tocar el cielo con las manos", define Mercier. Y guarda una postal en su memoria de aquellos días con la camiseta albiceleste: "Fue muy lindo. No es que uno va a la selección y ya está. Es la sensación de ver al Diez pateando con los cordones desatados y poniéndola en un arco".

Nota Extraída: www.lanacion.com.ar

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