jueves, 7 de abril de 2011
EL PIBE Y LA ABUELA QUE LE DABA CONSEJOS
El pibe Nicolás Slimmens, "Nico" o “Nicolasito” recién va a cumplir en el próximo mes de mayo 19 años. Mientras tanto, ya jugó su tercer partido consecutivo en la primera del club que lo vio nacer, que lo acobijó durante su infancia junto a su abuela Susana que, partido tras partido, lo acompañó en toda su carrera en inferiores y ahora en primera. Es imposible no hacer referencia a Susana, porque además de ser un gran compañera, la abuela de “Nico” entiende de fútbol –el partido pasado se animó a confeccionar el Podio del Espolón durante una comunicación telefónica radial- y además, entiende de amor. Cuando empezó el actual campeonato, en la primera fecha frente a Acassuso en cancha de Platense, al pibe Slimmens le tocó un lugar entre los suplentes cuando al "gallo" lo dirigía el “cabezón” Méndez. Al finalizar el partido, el jugador y su abuela estaban esperando la partida del micro de los jugadores, mientras el resto de los muchachos hacían notas. Nicolás no había podido debutar, y estaba ubicado a un costadito del micro junto a su abuela, como si fuera parte del decorado más que uno de los actores principales del escenario. 32 fechas más tarde, en la misma cancha, Slimmens volvía para jugar contra Platense su segundo partido como titular, teniendo una buena actuación, y para el que tiene alguna duda, con su abuela en las tribunas. Tal vez algún día Eduardo Saccheri o algún nuevo Osvaldo Soriano quieran contar la historia del pibe de Morón y la abuela que le daba consejos, pero por ahora, lo cierto es que el “canterano” del “gallito” anda entre agradecimientos y reconocimientos: “Con los compañeros que tengo, cada vez que me tocó entrar me sentí muy cómodo, y eso es lo que me da seguridad partido tras partido”, y completó: “Susana está siempre presente. Imagino que en ese momento –cuando luego de picarle el balón al arquero el esférico dio en el travesaño y salió por arriba- se le habrán pasado mil cosas por la cabeza, como a mí. La verdad es que mi abuela está siempre presente y es de fierro”. Se le mezclaron las emociones al joven delantero, un atrevido que no se achicó ni un poquito cuando en los primeros minutos del partido frente al "gasolero" le quedó una chance para definir y decidió meter un lujo, como para demostrar que está tranquilo y dispuesto a lo que corresponda hacer: “Me quedó para picarla y lo hice, tal vez podría haberle pegado fuerte y hubiera gritado el gol, pero la próxima vez será”. El pibe entra en un buen momento del equipo, y tal vez sea una instancia ideal para debutar y comenzar a consolidarse en el plantel de primera división, para empezar a mechar el piberío con la experiencia, cuando un grupo está con intenciones serias de madurar. Así lo entiende también el jugador: “El equipo está jugando bien. En la semana tratamos de corregir los errores partido tras partido y cuando llega el día de jugar, nos sentimos muy bien”, y subraya: “Lo importante es que estamos aprovechando las oportunidades”. Nicolás se siente seguro, que no le está costando afirmarse en la primera del Deportivo Morón, ya que tiene ventaja por partida doble, recibe todo el cariño de su abuela, pero también siente todo el apoyo desde adentro de la cancha: “La confianza me la dan los compañeros, el cuerpo técnico, y cada vez me voy sintiendo mejor”.
Martin Capaccio.
Etiquetas:
Fútbol- Notas
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