BUENAS Y MALAS, UNO X UNO

Foto: Gentileza de Osvaldo Abades.

Una vez más el Espolón te cuenta cómo anduvo cada jugador del "gallo" frente al Deportivo Armenio, en el cotejo que concluyó igualado 1 a 1.

A. MIGLIARDI: Como siempre, es el nº 1. Lo demostró conteniéndole un mano a mano al peligroso y novato Blanco. Jugador fundamental.
R. ACOSTA: Una de las salidas importantes que tiene el equipo. Uno de los más parejos durante los 90’.
C. GONZALEZ: Gana siempre en el mano a mano, aunque algunas veces por creerse suficiente, pierde alguna pelota clave.
G. BAEZ: Con su experiencia superó algunos desfasajes emocionales (protestas).
J.P. ROCCHI: Es puro esfuerzo. De a poquito, se va poniendo en forma o a tiro.
D. CHAVEZ: Otro que con su esfuerzo y dedicación tuvo una tarde positiva. Lo único negativo, es que no le cobraron dos penales y eso que había cumplido al pie de la letra la lección aprendida en el pizarrón.
H. BRUNO: El pacman mordió y mordió, y capturó pelotas. Claro que en esa lucha permanente entregó en forma imprecisa algunos balones.
C. ESCUDERO: Otro que pudo lucha y lucha. Es bueno cuando pone los pases en profundidad. Alugnas veces, con el afán de hacerlo rápido, le pega muy de punta y para arriba. De entrada estuvo peleado con la pelota y en soledad.
L. SPARAPANI: Cuando un tal Lucas encuentra su identidad, se convierte en un Sparapani asistidor. Cuando quiere pasar al hombre y la pelota, queda en claro que no leyó que la materia es impenetrable.
D. BARRIOS SUAREZ: Un metedor de aquéllos. También a él le convirtieron un penal y estrelló una pelota en el travesaño, y eso que no estaba en su plenitud física.
D. AKERMAN: También él estaba disminuido porque estaba con febrícula. Pero a pesar de eso, demostró que es el superhéroe del gol. Tiene 77 con la casaca de Morón y 98 en su carrera.
C. CAMPOZANO: Entró poco en juego y a esta altura ya Armenio tenía una doble línea defensiva que lo atosigaba constantemente. La gente le tiene que tener más paciencia.
M. CONOCCHIARI: El “conogol” entró con muchas ganas, pero tenía muy poco tiempo para convertirse en el héroe de la noche.

Por Raúl Lucero.