Volvió el gallo al Urbano... después de aquélla triste despedida frente a Merlo. Y volvió renovado, totalmente distinto al que se fue. Con más ganas que antes, con más humildad también, pero con las mismas dificultades.
Con menos nombres rutilantes, tal vez con menos jerarquía. Un grupo nuevo que había comenzado el campeonato con una dura derrota en Mataderos, y sin m
ostrar una identidad futbolística, ni colectiva.
Este nuevo Morón tiene caras viejas, semi-viejas, y nuevas.
Entre las primeras, un “Chiche” Migliardi que anda como nuevo, sólido en los tres palos a pesar de haber sido poco exigido en la noche del lunes. El “hueso” Ceferino Denis, que pareciera erigirse en uno de los estandartes del equipo, afirmándose en defensa y yendo a buscar la heroica cuando las cosas no salen y sólo resta la embestida final. Y un Marcelo Vega siempre dinámico, a veces algo impreciso en el afán de suplir falencias más ajenas que propias. Entre los rostros semi-viejos, encontramos a Nicolás Falczuk que propone monólogos muy interesantes con el balón, pero muy en soledad, porque no puede entablar un diálogo futbolístico con el otro semi-viejo, el ex Eslovenia, Javier Grbec, al que su equipo sólo logró generarle una posibilidad más o menos de gol. Y los nuevos ? Ahí aparece la figura de Orfila, una especie de titán, de hombre que por ahora se parece más a un luchador de catch de los titanes en la soledad del ring, que a un volante central distribuidor de fútbol. Pero el uruguayo entrega hasta la última gota de sudor en el escenario. No se amedrenta, y enarbola la bandera de este equipo. Es el capitán anímico, pero no puede ser el capitán futbolístico. Y sin embargo, el líder futbolístico no aparece, el capitán adopta ese papel. En la fría noche del lunes, durante los primeros 20’, Orfila manejó el mediocampo, Vega acompañaba por derecha y Falczuk desnivelaba por izquierda. Pero Armenio no pasaba zozobras. Morón probaba con remates de media distancia, con centros en los que una sola vez Grbrec, dentro del área, pudo haber abierto el marcador y la pelota le quedó un poco atrás y se le trabó entre las piernas sin poder rematar. De ahí en más, Armenio de la mano de su volante central empezó a luchar de igual a igual contra Orfila, y las cosas se emparejaron. El titán versus el zorro, digna pelea más de 100 % lucha que de un partido de fútbol. Fútbol era lo que buscaba el “tano” Stagliano y lo intentó echando mano a los suplentes cuando ingresaron Martínez y Etchemaite. Entonces el local intentó por abajo, pero terminaba tirando centros intrascendentes para la defensa de la visita. Morón era un manojo de incertidumbre, Armenio se empezó a animar y lo zamarreó un par de veces. El partido se hizo dinámico, pero el gallo no sabía cómo encontrar el hueco para dar el golpe. En los 15’ finales, empujó a su rival contra las cuerdas, pero nunca lo tuvo a tiro, ni siquiera lo mareó como para ensartarle la trompada final. No había sensación de gol. Tenía cortitos arriba y los envíos aéreos no servían. Los titanes de Morón no pudieron y Armenio no tuvo un Karadajián para ganarlo. La realidad es 100 % lucha, fue 100 % empate, y estuvo bien.
Con menos nombres rutilantes, tal vez con menos jerarquía. Un grupo nuevo que había comenzado el campeonato con una dura derrota en Mataderos, y sin m
ostrar una identidad futbolística, ni colectiva.Este nuevo Morón tiene caras viejas, semi-viejas, y nuevas.
Entre las primeras, un “Chiche” Migliardi que anda como nuevo, sólido en los tres palos a pesar de haber sido poco exigido en la noche del lunes. El “hueso” Ceferino Denis, que pareciera erigirse en uno de los estandartes del equipo, afirmándose en defensa y yendo a buscar la heroica cuando las cosas no salen y sólo resta la embestida final. Y un Marcelo Vega siempre dinámico, a veces algo impreciso en el afán de suplir falencias más ajenas que propias. Entre los rostros semi-viejos, encontramos a Nicolás Falczuk que propone monólogos muy interesantes con el balón, pero muy en soledad, porque no puede entablar un diálogo futbolístico con el otro semi-viejo, el ex Eslovenia, Javier Grbec, al que su equipo sólo logró generarle una posibilidad más o menos de gol. Y los nuevos ? Ahí aparece la figura de Orfila, una especie de titán, de hombre que por ahora se parece más a un luchador de catch de los titanes en la soledad del ring, que a un volante central distribuidor de fútbol. Pero el uruguayo entrega hasta la última gota de sudor en el escenario. No se amedrenta, y enarbola la bandera de este equipo. Es el capitán anímico, pero no puede ser el capitán futbolístico. Y sin embargo, el líder futbolístico no aparece, el capitán adopta ese papel. En la fría noche del lunes, durante los primeros 20’, Orfila manejó el mediocampo, Vega acompañaba por derecha y Falczuk desnivelaba por izquierda. Pero Armenio no pasaba zozobras. Morón probaba con remates de media distancia, con centros en los que una sola vez Grbrec, dentro del área, pudo haber abierto el marcador y la pelota le quedó un poco atrás y se le trabó entre las piernas sin poder rematar. De ahí en más, Armenio de la mano de su volante central empezó a luchar de igual a igual contra Orfila, y las cosas se emparejaron. El titán versus el zorro, digna pelea más de 100 % lucha que de un partido de fútbol. Fútbol era lo que buscaba el “tano” Stagliano y lo intentó echando mano a los suplentes cuando ingresaron Martínez y Etchemaite. Entonces el local intentó por abajo, pero terminaba tirando centros intrascendentes para la defensa de la visita. Morón era un manojo de incertidumbre, Armenio se empezó a animar y lo zamarreó un par de veces. El partido se hizo dinámico, pero el gallo no sabía cómo encontrar el hueco para dar el golpe. En los 15’ finales, empujó a su rival contra las cuerdas, pero nunca lo tuvo a tiro, ni siquiera lo mareó como para ensartarle la trompada final. No había sensación de gol. Tenía cortitos arriba y los envíos aéreos no servían. Los titanes de Morón no pudieron y Armenio no tuvo un Karadajián para ganarlo. La realidad es 100 % lucha, fue 100 % empate, y estuvo bien.
Deportivo Morón 0 vs Deportivo Armenio 0
Deportivo Morón: 1 Alejandro Migliardi; 4 Julián Cano, 2 Ceferino Denis, 6 Guillermo Báez, 3 Damián Gutiérrez; 8 Marcelo Vega, 5 Alejandro Orfila, 11 Guillermo Almada Flores (17 Carlos Lovera), 10 Fernando Giarrizo (15 Gerardo Martínez); 7 Nicolás Falczuc, 9 Javier Grbec (18 Tulio Etchemaite). DT. Vicente Stagliano
Suplentes: 12 Guillermo Stucky, 13 Daniel Cerruti, 14 Lucas Stagliano, 16 Nahuel Chacón.
Deportivo Armenio: 1 Marcelo Luca; 4 Néstor Fernández, 2 Lorenzo De Jesús, 6 Ezequiel Kilmot, 3 David Olmedo; 8 Sebastián López, 5 Diego De la Vega, 10 Jorge Coria (16 Miguel Cisterna); 11 Agustín Pérez (14 Diego Brutto); 7 Federico Pacheco (17 Víctor Molina), 9 José Luis Pelanda. DT. Hugo Smaldone
Suplentes: 12 Matías Villalba, 13 Nicolás Peracci, 15 Maximiliano Cipollone, 18 José Manuel Caspary.
Árbitro: Gastón Meineri
Asistentes: Fabio Quiroga/ David Idiart.
Martín "Maro" Capaccio
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