Morón perdió 1 a 0 con Comunicaciones. Sin rumbo futbolístico, caviloso y errático, no tuvo reacción para empatar en lo que parecía un entrenamiento aburrido.
Parecía un entrenamiento, como un ensayo triste en el que no salen las cosas. Sin público, con policías en la entrada, y el fútbol asustado, quieto, amenazado, tirado a un costadito de la cancha. Pero no entra, o no se anima...Porque el fútbol está golpeado, el duele, y justamente le duele el alma, donde no se ve, ahí, pero dónde, cómo...
En la cancha de El Porvenir, Deportivo Morón y Comunicaciones se aburrieron en un partido chato, olvidable. El gallo dio la sensación de estar pensando en otra cosa, y motivos le sobran. Ya clasificado para el reducido, podría haber sumado tres puntos para escalar posiciones y conseguir la mejor ubicación posible. Pero más allá del más allá, está el más acá, y ahí el gallo tiene innumerables cuestiones por resolver previamente. Los jugadores debieron sufrir los acontecimientos que son públicos, y a nadie le hace mucha gracia jugar bajo esa presión. Luego, juega de local en un estadio que no es el suyo y sin el aliento de su público –EL SUYO, EL QUE LO VA ALENTAR A PESAR DE TODO, NO EL PREPOTEA JUGADORES-. Además, no encuentra un estilo de juego, un patrón, una guía que le ayude a no deambular como lo hace por la cancha. Así, es muy difícil dar una buena sensación más allá del resultado.
El partido estaba para un empate, pero la punta izquierda de Morón sólo recibe malas noticias, y por ahí pasó el cartero para dejar sólo a Ricki Pérez que le estampilló el ángulo a Griffo. Comunicaciones fue eso y un poquito de orden atrás, para aguantar a un gallo triste, como el del Coronel de García Marquez, que apenas tenían para alimentarlo. Y el tano Stagliano está como el Coronel, que por ahora, en cuanto a libretos futbolisticos, no tiene quien le escriba.
Los titulares de Deportivo Morón definidos en una palabra:
Griffo: medido
Sartori: nervioso
Celaya: correcto
Cerruti: tibio
Vezzani: desbordado
M. Sanchez: activo
De Muner: prolijo
Yair Rodriguez: punzante
Seccafien: empetrolado
Akerman: incompleto
Vaccaría: desconectado
Parecía un entrenamiento, como un ensayo triste en el que no salen las cosas. Sin público, con policías en la entrada, y el fútbol asustado, quieto, amenazado, tirado a un costadito de la cancha. Pero no entra, o no se anima...Porque el fútbol está golpeado, el duele, y justamente le duele el alma, donde no se ve, ahí, pero dónde, cómo...
En la cancha de El Porvenir, Deportivo Morón y Comunicaciones se aburrieron en un partido chato, olvidable. El gallo dio la sensación de estar pensando en otra cosa, y motivos le sobran. Ya clasificado para el reducido, podría haber sumado tres puntos para escalar posiciones y conseguir la mejor ubicación posible. Pero más allá del más allá, está el más acá, y ahí el gallo tiene innumerables cuestiones por resolver previamente. Los jugadores debieron sufrir los acontecimientos que son públicos, y a nadie le hace mucha gracia jugar bajo esa presión. Luego, juega de local en un estadio que no es el suyo y sin el aliento de su público –EL SUYO, EL QUE LO VA ALENTAR A PESAR DE TODO, NO EL PREPOTEA JUGADORES-. Además, no encuentra un estilo de juego, un patrón, una guía que le ayude a no deambular como lo hace por la cancha. Así, es muy difícil dar una buena sensación más allá del resultado.
El partido estaba para un empate, pero la punta izquierda de Morón sólo recibe malas noticias, y por ahí pasó el cartero para dejar sólo a Ricki Pérez que le estampilló el ángulo a Griffo. Comunicaciones fue eso y un poquito de orden atrás, para aguantar a un gallo triste, como el del Coronel de García Marquez, que apenas tenían para alimentarlo. Y el tano Stagliano está como el Coronel, que por ahora, en cuanto a libretos futbolisticos, no tiene quien le escriba.
Los titulares de Deportivo Morón definidos en una palabra:
Griffo: medido
Sartori: nervioso
Celaya: correcto
Cerruti: tibio
Vezzani: desbordado
M. Sanchez: activo
De Muner: prolijo
Yair Rodriguez: punzante
Seccafien: empetrolado
Akerman: incompleto
Vaccaría: desconectado
Martín Capaccio
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