El Gallo venció por 1 a 0 al S. Italiano y le puso algo de suspenso al campeonato. Pablo Vaccaría fue el héroe de la noche en la que Morón ganó un partido muy importante y no se resigna a tirar la toalla en la lucha por el ascenso directo.
El gallo se jugaba la última carta del campeonato, una especie de última pelota en un partido de bochas. Porque el puntero estaba lejísimo –ahora está lejos-, porque sólo había perdido dos de treinta y pico de partidos y porque era la oportunidad de este plantel para demostrar que no todo está perdido... y ofrecieron el corazón, en el momento justo, quizás un poco tarde, pero hace rato que no se ganaba uno de esos partidos que hay que ganar!
Cómo fue ? Le costó al gallo. Akerman tuvo que salir en el PT por una lesión, Vaccaría aguantó hasta que pudo, y Peralta jugó más tiempo que el adecuado cuando se vuelve de una lesión. Y costó sobretodo porque Italiano estaba tan cómodo que con ensuciar un poco el partido en el mediocampo, le sobraba... Relajado por la distancia que lleva en la tabla, sin reparar en gastos, el puntero del campeonato no tuvo precisamente su mejor noche desde lo futbolístico, y andaba distraído, como si se hubiera olvidado la billetera. Entonces sólo podía comprar allí dónde el gallo se equivocara. Pero el equipo dell’ accia no salió a buscar hasta que no estuvo en desventaja, hasta que el colorado Vaccaría acertó el bochazo y a cobrar... Fue ahí cuándo cachín Blanco se metió la mano en el bolsillo y encontró ausencia. Porque no generó prácticamente nada, andaba sin plata, y sólo sobrevivía en el partido, de lo que pudiera arrebatarle a Morón. Y Espínola, cuando las cosas todavía estaban parejas, se encargó de que Saccone asistiera a Meza para que el centrodelantero tuviera un error aún más ostensible que el del defensor del gallo y la tirara por sobre el travesaño cuando Griffo estaba a medio camino. Y luego Meza habilitó -sacando a pasear a Celaya por la cancha de arriba- a Ucha, que remató algo apurado una pelota que tenía destino de red. Y nada más. Porque los dirigidos por Stagliano tampoco se regalaron tanto. Griffo estuvo correcto, y las puntas de la defensa estaban bien cuidadas, o fueron poco visitadas, pero respondieron bien. El mediocampo no perdió nunca la batalla de corajudos que libraron toda la noche Vega, Porcel, De Muner y Seccafien, y tanto Casado como Sanchez cuando les tocó entrar. Y arriba, los más activos fueron Peralta y Vaccaría. En el PT aburrieron a todos. Porque tenían la obligación de ofrecer algo más que un montón de ganas y un puñadito de jugadas elaboradas. Morón era pura actitud, y el azzurro esperaba. En el complemento, cuando vio que no se podía arrimar el bochín por abajo, el del oeste salió a bochar. Y le dio resultado. Cuando queda la última bola, y todavía hay bochas de los rivales que están más cerca del bochín –el campeonato-, hay que bochar, no queda otra. Alguno dirá que se puede desestabilizar todo, y beneficiar incluso a algún otro contrincante, pero era un riesgo que estos jugadores debían afrontar, y cumplieron.
Ahora, al menos se dibuja un signo de pregunta. Qué sucederá? Se necesita que algunos pierdan puntos, del azar y de seguir bochando. El “profe” Tabarez decía con razón que “a la suerte no se la puede entrenar”, pero sí se la puede ayudar. Cómo continuará? No lo sabemos, pero al menos ese interrogante, lo escribió Morón.
El gallo se jugaba la última carta del campeonato, una especie de última pelota en un partido de bochas. Porque el puntero estaba lejísimo –ahora está lejos-, porque sólo había perdido dos de treinta y pico de partidos y porque era la oportunidad de este plantel para demostrar que no todo está perdido... y ofrecieron el corazón, en el momento justo, quizás un poco tarde, pero hace rato que no se ganaba uno de esos partidos que hay que ganar!
Cómo fue ? Le costó al gallo. Akerman tuvo que salir en el PT por una lesión, Vaccaría aguantó hasta que pudo, y Peralta jugó más tiempo que el adecuado cuando se vuelve de una lesión. Y costó sobretodo porque Italiano estaba tan cómodo que con ensuciar un poco el partido en el mediocampo, le sobraba... Relajado por la distancia que lleva en la tabla, sin reparar en gastos, el puntero del campeonato no tuvo precisamente su mejor noche desde lo futbolístico, y andaba distraído, como si se hubiera olvidado la billetera. Entonces sólo podía comprar allí dónde el gallo se equivocara. Pero el equipo dell’ accia no salió a buscar hasta que no estuvo en desventaja, hasta que el colorado Vaccaría acertó el bochazo y a cobrar... Fue ahí cuándo cachín Blanco se metió la mano en el bolsillo y encontró ausencia. Porque no generó prácticamente nada, andaba sin plata, y sólo sobrevivía en el partido, de lo que pudiera arrebatarle a Morón. Y Espínola, cuando las cosas todavía estaban parejas, se encargó de que Saccone asistiera a Meza para que el centrodelantero tuviera un error aún más ostensible que el del defensor del gallo y la tirara por sobre el travesaño cuando Griffo estaba a medio camino. Y luego Meza habilitó -sacando a pasear a Celaya por la cancha de arriba- a Ucha, que remató algo apurado una pelota que tenía destino de red. Y nada más. Porque los dirigidos por Stagliano tampoco se regalaron tanto. Griffo estuvo correcto, y las puntas de la defensa estaban bien cuidadas, o fueron poco visitadas, pero respondieron bien. El mediocampo no perdió nunca la batalla de corajudos que libraron toda la noche Vega, Porcel, De Muner y Seccafien, y tanto Casado como Sanchez cuando les tocó entrar. Y arriba, los más activos fueron Peralta y Vaccaría. En el PT aburrieron a todos. Porque tenían la obligación de ofrecer algo más que un montón de ganas y un puñadito de jugadas elaboradas. Morón era pura actitud, y el azzurro esperaba. En el complemento, cuando vio que no se podía arrimar el bochín por abajo, el del oeste salió a bochar. Y le dio resultado. Cuando queda la última bola, y todavía hay bochas de los rivales que están más cerca del bochín –el campeonato-, hay que bochar, no queda otra. Alguno dirá que se puede desestabilizar todo, y beneficiar incluso a algún otro contrincante, pero era un riesgo que estos jugadores debían afrontar, y cumplieron.
Ahora, al menos se dibuja un signo de pregunta. Qué sucederá? Se necesita que algunos pierdan puntos, del azar y de seguir bochando. El “profe” Tabarez decía con razón que “a la suerte no se la puede entrenar”, pero sí se la puede ayudar. Cómo continuará? No lo sabemos, pero al menos ese interrogante, lo escribió Morón.
Deportivo Morón 1 Sportivo Italiano 0
Deportivo Moron (1): 1. Leonardo Griffo; 4. Roberto Russo, 2. Ignacio Celaya, 6. Oscar Espínola, 3. Nicolás Martinez; 7. Marcelo Vega, 8. Leandro De Muner, 5. Miguel Porcel; 10. Enrique Seccafien (17. Pablo Casado); 9. Damián Akerman (18. Juan Pablo Peralta) 11. Pablo Vaccaria (16. M Sanchez).
DT. Vicente Stagliano
Suplentes: 12. Diego Ezquerra, 13. Daniel Cerruti 14. Homero Sartori, 15. Hernán Bruno
Sportivo Italiano (0): 1. A. Anconetani; 2. C. Leiva (17. G. Ucha), 4. A. Martinez, 6. L. Gómez, 3. G. Smith; 8. J. Fontenla (16. A. Martinez), 7. M. Rodas, 5. S. Gómez; 10. G. Britos; 9. V. Meza, 11. M. Saccone.
DT. Oscar Blanco
Suplentes: 12. H. Larroque, 13. C. Acosta, 14. D. Zadel, 15. G. Velázquez, 18. P. Verdún.
Amonestados: 6’ PT Leandro De Muner (DM), 38’ ST L. Gómez (SI) 39’ ST Martín Sanchez (DM).
Expulsados: no hubo.
Árbitro: Germán Delfino.
Asistentes: Octavio Stewarte Usher – Juan Spinatto.
Público: 5.000 personas.
Estadio: Francisco Urbano.
Campo de Juego: Bueno.
Martín Capaccio
DT. Vicente Stagliano
Suplentes: 12. Diego Ezquerra, 13. Daniel Cerruti 14. Homero Sartori, 15. Hernán Bruno
Sportivo Italiano (0): 1. A. Anconetani; 2. C. Leiva (17. G. Ucha), 4. A. Martinez, 6. L. Gómez, 3. G. Smith; 8. J. Fontenla (16. A. Martinez), 7. M. Rodas, 5. S. Gómez; 10. G. Britos; 9. V. Meza, 11. M. Saccone.
DT. Oscar Blanco
Suplentes: 12. H. Larroque, 13. C. Acosta, 14. D. Zadel, 15. G. Velázquez, 18. P. Verdún.
Amonestados: 6’ PT Leandro De Muner (DM), 38’ ST L. Gómez (SI) 39’ ST Martín Sanchez (DM).
Expulsados: no hubo.
Árbitro: Germán Delfino.
Asistentes: Octavio Stewarte Usher – Juan Spinatto.
Público: 5.000 personas.
Estadio: Francisco Urbano.
Campo de Juego: Bueno.
Martín Capaccio
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