En una noche que arrancó de fiesta y terminó de velorio, Morón perdió por 1 a0 el clásico con Chicago y algo más también... En desventaja, se quedó ciego en ideas, no supo cómo llegar al arco rival y se ganó la reprobación de su público, que lo había alentado durante todo el partido.
El clima estaba listo para una fiesta del fútbol, un clásico añejo, grande para el hincha y que le queda chico a la B Metropolitana, porque es para Nacional B o la misma Priemra A.La bandera que tapó la popular, el signo más evidente de apoyo. Los gritos, los aplausos, el calor y el color.
Qué falto en esos primeros 20 minutos? El gol, nada mas, el invitado principal del fútbol, porque Moron hizo todo bien, el pressing, las marcas, el dominio territorial, con el fondo firme, y Casado dirigiendo a todos, con el apoyo de vega, que se muestra siempre, y los de arriba siempre cerca del arco de un seguro De Olivera.Vaccaria lo tuvo mano a mano, tras un centro excepcional de Vega, y el palo dijo "no". Después de eso, todo fue un repetición de cosas negativas, porque al rato en la primera chance clara, ya que antes Chicago solo se había acercado con un "tirito", el topo Gigena, tras un error defensivo injustificable, puso un bombazo rasante, y ese mano a mano que termina en gol, a los 45, sentenció prácticamente el partido.Quedaba todavía un tiempo?... Si, pero ya el gallo jugaba contra Chicago, contra la gente, y contra el rival mas duro de todos, el reloj.Los centros que se repetían, y el ingreso de Peralta para pivotear con cierto peligro, apenas incomodaron a un fondo firme del visitante, con un mediocampo combativo, en el que la dupla Cesaro-Lemos, le ganó claramente la pulseada a DeMuner-Seccafien.Un tiro libre al final, que el "mudo" Fernández en vez de buscar el punto penal la tiró a la estación de trenes, hizo estallar todo, y los insultos para todos, pero en especial para el entrenador se hicieron masivos, y el clásico dejó además de una derrota dura en un partido que debió ser empate, una posible inminente renuncia del técnico Horacio Bongiovanni.
El clima estaba listo para una fiesta del fútbol, un clásico añejo, grande para el hincha y que le queda chico a la B Metropolitana, porque es para Nacional B o la misma Priemra A.La bandera que tapó la popular, el signo más evidente de apoyo. Los gritos, los aplausos, el calor y el color.
Qué falto en esos primeros 20 minutos? El gol, nada mas, el invitado principal del fútbol, porque Moron hizo todo bien, el pressing, las marcas, el dominio territorial, con el fondo firme, y Casado dirigiendo a todos, con el apoyo de vega, que se muestra siempre, y los de arriba siempre cerca del arco de un seguro De Olivera.Vaccaria lo tuvo mano a mano, tras un centro excepcional de Vega, y el palo dijo "no". Después de eso, todo fue un repetición de cosas negativas, porque al rato en la primera chance clara, ya que antes Chicago solo se había acercado con un "tirito", el topo Gigena, tras un error defensivo injustificable, puso un bombazo rasante, y ese mano a mano que termina en gol, a los 45, sentenció prácticamente el partido.Quedaba todavía un tiempo?... Si, pero ya el gallo jugaba contra Chicago, contra la gente, y contra el rival mas duro de todos, el reloj.Los centros que se repetían, y el ingreso de Peralta para pivotear con cierto peligro, apenas incomodaron a un fondo firme del visitante, con un mediocampo combativo, en el que la dupla Cesaro-Lemos, le ganó claramente la pulseada a DeMuner-Seccafien.Un tiro libre al final, que el "mudo" Fernández en vez de buscar el punto penal la tiró a la estación de trenes, hizo estallar todo, y los insultos para todos, pero en especial para el entrenador se hicieron masivos, y el clásico dejó además de una derrota dura en un partido que debió ser empate, una posible inminente renuncia del técnico Horacio Bongiovanni.
Mariano Parnes
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