martes, 2 de febrero de 2010

UN EMPATE CARO


Morón igualó en dos tantos frente a un difícil Flandria. Jugó un PT muy intenso que lo pagó caro. Hizo méritos para ganarlo, casi lo pierde al final. Ceresetto volvió a marcar.


El gallo venía dulce. La goleada frente a Chicago y el triunfo ante Armenio, le dieron una tranquilidad que no tenía. El “tano” se animó e hizo un planteó más audaz. En la defensa volvió Báez por Lamacchia, en el medio paró a Vega, Bruno y Lòpez levemente recostado sobre el sector izquierdo y desde el arranque Falczuk por derecha, Lovera por izquierda y Ceresetto bien arriba. Y al equipo le costó acomodarse. Mientras tanto, Flandria inquietaba al arco defendido por “chiche” Migliardi. Y en el primer cuarto de hora, sin proponérselo demasiado, el canario se puso en ventaja. Ahí Morón despertó. Cano y Vega activaron la punta derecha, el “torero” Lòpez le hizo pegar un par de revolcadas al arquero visitante con remates bien dirigidos de media distancia, Lovera aportaba de a ratos su precisión, Ceresetto estuvo cerca con dos buenos cabezazos y hasta Báez se dio el lujo de estrellar un penal en el travesaño. Morón llegaba con peligro al arco rival, tal vez se excedió en los centros, pero hizo un desgaste físico que encontró su recompensa cuando Vega selló el empate parcial con un remate bien esquinado a ras del suelo a los 40’ el PT. Parecía que el gallo se iba comer crudo al canario en el complemento, pero no fue así. El local se gastó casi todo en ese intenso PT, le salió caro el empate parcial y el partido le pasó factura. Lòpez ya no llegaba al área rival por sorpresa, Vega y Cano no tuvieron los arranques envalentonados de entonces, Falczuk tuvo una noche intrascendente y Ceresetto quedaba muy sólo arriba, a merced de algún centro esporádico de Reano. Entonces ingresó Zelaya por Lovera, pero el gallo no encontró en el cambio la precisión que le amarreteaba el cansancio. Luego ingresó Lenci y le aportó más presencia en el área rival. Los del Oeste dominaban tibiamente el juego, pero Flandria se defendía bien, y se asomaba para buscar un hueco en el rostro con claros signos de agotamiento de su rival. De un corner el canario se puso en ventaja cuando quedaba poco más que el descuento para finalizar la noche. Morón salió a buscar con la enjundia de Lenci, que estaba entusiasmadísimo y había arañado el gol en un par de oportunidades –hizo un lindo gol de cabeza un rato antes del segundo de los de Jáuregui, pero se lo anularon porque en el centro de Reano la pelota había salido de los límites del terreno-. Y tanto buscó Frabicio que en un centro enviado del sector izquierdo lo agarraron entrando al área y el juez cobró penal. Esta vez no fue Báez sino Ceresetto que de éstas cosas entiende. Morón empató con el último sudor de su goleador. Tal vez mereció más el gallito, pero el cansancio lo fue debilitando, le fue carcomiendo las piernas y le quitó un par de puntos que lo ponían más cerca del objetivo. Todavía falta mucho, y aunque haya cosas por corregir, por las circunstancias del partido, el empate no le cayó tan mal.

No hay comentarios: